Esto debido al esquema actual de la educación superior, creado mediante esta norma, se quedó, a juicio de propios y extraños, pequeño para las actuales necesidades de formación y productividad del país.
Bernardo Rivera, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascún), dijo que "el país no puede desconocer que la cobertura en educación superior apenas llega al 37 por ciento, que solo 20 de 80 universidades tienen certificada su calidad y que apenas 700 de los cerca de 3.500 programas que se ofrecen tienen acreditación de alta calidad".
El proyecto de reforma de la educación superior, radicado en la Comisión Sexta de la Cámara, busca, según el Gobierno, corregir estos y otros problemas. Estos son sus principales componentes.
Vea aquí la entrevista con Maria Fernanda Campo, Ministra de Educación.
Lea aquí la entrevista con Sergio Fernández, vocero de la Organización Colombiana de Estudiantes.
1. Para qué la reforma?
Con la reforma se busca organizar el sistema de educación superior, pues la Ley 30 es insuficiente respecto a las demandas sociales, productivas y económicas. Se quiere brindar cupos a un creciente número de bachilleres (de 414 mil que eran en el 2002 se pasó a 625 mil en el 2010) y que 3,2 millones que no ingresaron a la universidad en la última década o desertaron puedan graduarse. Para lograrlo se fijaron cuatro objetivos: mejorar oferta y calidad, ampliar acceso para los más pobres y fortalecer la transparencia.
2. Recursos, centro del debate
Según el Gobierno, la educación superior recibirá más dinero: de aquí al 2022 se garantizarían 35 billones para las instituciones de educación superior; 6 billones serían aportados por la reforma. A esos se sumaría el 10 por ciento de las regalías, que se invertiría en ciencia, tecnología e innovación (un billón de pesos anuales). Ante esta última fuente, los críticos dicen que las públicas tendrían que disputarse esos recursos con grupos de investigación y otras instituciones públicas y privadas. Rechazan que parte de los recursos se aten a la inflación.
3. En busca de nuevos cupos
Con la reforma se busca cumplir con la meta de ampliar la cobertura en educación superior del 37 por ciento al 50 por ciento para el 2014, y a un 64 por ciento para el 2022. Con ese objetivo se crearían 600 mil cupos nuevos (95 mil en las públicas). Bernardo Rivera aseguró que la apertura de 150 mil cupos anuales no es realista, porque los recursos que prevé la reforma solo alcanzarían, al valor de las matrículas promedio actuales, para 15 mil cupos, "y eso pone en peligro la calidad". Los estudiantes no entienden por qué la cobertura no es más amplia en las públicas.
4. Ahora, todas iguales
Todas las instituciones de educación superior (tecnológicas, técnicas y universitarias) tendrían el mismo carácter, por lo que podrían ofrecer cualquier programa, salvo doctorados. Se dice que la posibilidad de que una técnica ofrezca programas profesionales y pierda su especialidad es alta.
5. Créditos más baratos
Se prevé que los estudiantes de los estratos 1, 2 y 3 reciban créditos del Icetex con cero interés; los alumnos de los niveles 1 y 2 del Sisbén que terminen su carrera universitaria, tecnológica o técnica tendrán una rebaja del 25 por ciento. Para subsidios de manutención de los estudiantes pobres habrá 1 billón de pesos anuales.
SONIA PERILLA / LAILA ABU SHIHAB
REDACTORAS DE VIDA DE HOY
- La reforma solo tiene cosas positivas para el país: Mineducación
- El proyecto tiene un ánimo privatizador: Sergio Fernández
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