Desde su cautiverio, Sigifredo López tuvo que empezar a defenderse de los señalamientos sobre su supuesta cercanía con sus secuestradores. (Lea también: López permanecerá en búnker hasta que resuelvan su situación jurídica).
Esta semana, el país se sorprendió cuando la Fiscalía capturó al hombre que se había convertido en uno de los símbolos de la libertad, bajo cargos de haber colaborado con el secuestro perpetrado por las Farc en el 2002. López estuvo seis años, nueve meses y 25 días lejos de su familia, y fue el único sobreviviente de los 12 diputados del Valle que la guerrilla se llevó, a sangre y fuego, del Palacio de la Asamblea en Cali.
Meses antes de su regreso, en la última prueba de supervivencia, calificó de "canalla" la versión de un guerrillero que lo acusaba. "Me señala de cómplice del crimen atroz del que soy víctima desde hace exactamente 2.005 días", dijo. (Vea también: Así se mostró Sigifredo López el día de su secuestro).
Esos miles de días en que estuvo en las selvas del suroccidente del país son hoy la base de su defensa. "Cómo cree que yo me presté para someterme a esos vejámenes?", fue una de las frases que le dijo al fiscal que lo interrogó el viernes en el búnker de la Fiscalía en Bogotá. También cuestionó por qué, si supuestamente sabía del plan criminal, fue a la trágica sesión. Ese día no estuvo la mitad de la Asamblea. (Vea aquí una plantilla de videos sobre Sigifredo López).
La Fiscalía tiene cuatro fragmentos de videos, cada uno de casi diez minutos de duración, que considera las pruebas claves en el proceso contra López.
Fueron hallados en los archivos electrónicos de Alfonso Cano -siete computadores, 39 USB y 24 discos duros-, de los que apenas se ha podido abrir la décima parte de información. La investigación indica que el material fue entregado en su momento por alias JJ, el jefe guerrillero muerto que ejecutó el secuestro, a su comandante, Pablo Catatumbo, para reportar los detalles del macabro plan. Catatumbo, a su vez, se lo habría enviado a Cano.
Las pruebas
Tres apartes del video fueron grabados en la sede de la Asamblea y quien habla da información detallada sobre la distribución de oficinas y la seguridad. El cuarto corresponde a una maqueta en la que alguien, con un apuntador metálico, señala los puntos mencionados por el hombre que habla en los tres primeros fragmentos.
En uno de estos, la cámara se levantó y alcanzó a grabar el mentón y parte de la nariz del informante. La Fiscalía superpuso esa imagen a una fotografía de López y considera que hay coincidencias. Y utilizó el primer discurso público tras regresar a la libertad para comparar las voces de los videos. Supuestamente, corresponden. Su defensa está pidiendo ahora que le den la posibilidad de que esos cotejos sean realizados por un organismo independiente.
En otra parte del video la cámara enfoca el abdomen protuberante del informante, a lo que López respondió al fiscal 38: "Esa barriga no es mía, revise los videos de la época para que se dé cuenta de que yo no estaba así de gordo".
Entre las pruebas también aparecen testimonios de guerrilleros, entre ellos el de la compañera sentimental del Grillo, el jefe del frente de las Farc que asesinó a los 11 diputados. La guerrillera contó que López supuestamente tenía ciertos privilegios en cautiverio y que incluso no habría compartido cambuche con sus excompañeros. Esa sería parte de la explicación de por qué se salvó de la masacre.
Pero también se ha planteado que si bien López habría podido colaborar con el plan, no conocía los alcances de este y por eso terminó siendo una víctima más de ese secuestro.
Estaba en campaña
Hace solo 10 días, Sigifredo López no dudó en presentar su hoja de vida a los jefes de la Unidad Nacional, para la baraja de 11 candidatos que aspiraban a la bendición como candidato único a la Gobernación del Valle. Solo habían pasado dos semanas desde que un remezón político en la Alcaldía de Cali lo dejó iniciado en su cargo de asesor en Cooperación Internacional y Asuntos Especiales. En una pequeña oficina en el Centro Cultural de Cali se quedó el bosquejo de lo que sería un proyecto de Mesa Municipal con fundaciones y ONG.
A ese cargo había llegado luego de renunciar a su aspiración a la Alcaldía para sumarse a la campaña del hoy alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero.
Sus allegados dicen que a López le cobran haberse hecho en la política como concejal y alcalde de Pradera, que con Florida eran los dos municipios del Valle que las Farc pretendieron por años como nuevo escenario de despeje. Ahora, allá son fuertes las nuevas bandas y los narcos puros.
Su primer cargo fue el de inspector de Policía en Pradera. Se graduó como abogado de la Universidad Santiago de Cali y tiene posgrados y un máster. En 1990, trabajó en la Secretaría de Obras Públicas de la Gobernación y un año después los pradereños lo eligieron como alcalde.
Tras un receso de dos años en su actividad política, postuló su nombre para la Asamblea y alcanzó una curul en 1998. Sin ser uno de los de mayor votación, conservó su lugar. Terminó su periodo secuestrado.
Empezó en ese momento uno de los peores capítulos para la vida de Patricia Nieto, su esposa; sus hijos, Lucas y Sergio, y para su madre, Nelly, a quien de tanto llorar debieron realizarle una cirugía para levantarle los párpados. En medio de este cautiverio, Patricia, al igual que otras esposas de políticos secuestrados, se lanzó al ruedo y aspiró a la Alcaldía de Pradera, pero solo obtuvo 184 votos, en una agitada contienda enrarecida por el testimonio de desmovilizados contra su marido.
Tras su liberación, gracias a las gestiones de Piedad Córdoba, López volvió a insistir en la política. Se lanzó en busca de un escaño en el Senado en octubre del 2010 y de nuevo tuvo que dar explicaciones cuando el senador Guillermo García reclamó que en esa campaña López hubiera conseguido votos en Nariño, la zona donde pasó el largo cautiverio y donde mandaban los Rastrojos. La denuncia ya había sido presentada por el exgobernador de Nariño Antonio Navarro. Esa investigación sigue vigente.
Pero los 34.588 votos que sacó en todo el país no le alcanzaron para llegar al Senado. El año pasado, buscó sin suerte la Alcaldía de Cali. Ahora, su carrera por la Gobernación terminó frenada por una investigación que amenaza con graduarlo de villano.
Incertidumbre en el Valle por caso del exdiputado
En casa de los familiares del exdiputado Sigifredo López, en el sur de Cali, el silencio es doloroso. Y más cuando doña Nelly Tobón, la mamá del político investigado, fue sometida a una cirugía de corazón recientemente.
En Pradera, su lugar de nacimiento, amigos y allegados no dan crédito a las pruebas que habrían llevado a la Fiscalía a iniciar un nuevo capítulo en la vida de López.
"A nadie le cabe en la cabeza que Sigifredo se vaya a separar de su familia, a perder siete años de su vida", dice Samuel Orozco, actual personero y amigo de infancia.
Por las calles del municipio hay desconcierto. "Entendemos que era una víctima del conflicto armado y ahora aparece como victimario. Como gobernante, me queda difícil descalificar la acción de los entes judiciales. Pero los pradereños aspiramos a que todo se aclare por el bien de la familia y del mismo Sigifredo", dice el alcalde de esa localidad, Adolfo Escobar.
En medio de la incredulidad, incluso se habla de marchas para rechazar el proceso contra López. Jahel Zúñiga, madre del policía Carlos Alberto Cendales -el único que se percató del secuestro de los asambleístas y murió a manos de los insurgentes-, aseguró que el comienzo de este nuevo capítulo la tiene impresionada. A muchos les preocupa que esta población, que empieza a salir de la marca negativa que le dejaron las bandas de desmovilizados a principios del año, caiga de nuevo en la estigmatización por la situación de un hijo de estas tierras.
REDACCIN JUSTICIA Y CALI
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