Clara, diáfana y reveladora. Margarita Rosa de Francisco representa como ninguna otra actriz la idea de ser una estrella. Su vida ha estado siempre marcada por sus pasiones y por su talento para interpretar personajes. La exégesis que hizo de Raquel, en la película Paraíso Travel, no es solo inolvidable sino sublime. Pocas mujeres saben ponerse las medias con tanto arte y reinventarse de esa forma, dejando atrás una virginal Mencha, una enérgica Gaviota o una candente Caponera.
Todas las personas que la conocen simpatizan con ella, es amable, es generosa, es dulce, pero no tiene nada de la mujer lúgubre y melancólica que muchos dicen que es; desde hace muchos años Margarita conoció la felicidad y se revela como ‘una mujer radiante’.
Por estos días la vemos sin cesar ¿y cómo no? Acaba de lanzar Bailarina, su nuevo disco. Su voz se oye tan dulce y sugestiva como sus labios, que ahora pinta de rojo. En esta producción la intérprete canta lo que le gusta, así se trate de sonidos poco comerciales, que saben a bossa nova, a son, a salsa. Sus letras evidencian a una mujer real que ama, que sufre, que se ríe y que está hastiada de seguir códigos y de complacer al mundo.
“Estoy harta de que me pregunten mil veces por lo mismo: ¿que por qué me veo triste?, ¿de dónde viene esa melancolía? Han sido tantos los periodistas que indagan con el mismo sonsonete de la melancolía y de la tristeza, que ya me mamé. De verdad que llevo muchos años feliz y contenta con mi vida y hoy me siento más plena que nunca”.
Esta es nuestra edición de reinas y ella es la inolvidable Señorita Valle (1984), la que no se quedó con la corona de Miss Colombia, pero que para todos fue como si hubiera sido la reina. ¿Volverías a repetir esa experiencia?
“No, jamás, qué pena decirlo así, pero fue una época de bobería en mi vida, donde todo es acerca de cómo te ves. Ahorita las reinas contestan mucho mejor que yo, era una boba, poco elocuente. Pienso que hubiera sido actriz y cantante sin pasar por el reinado”. Es inevitable preguntarte por el video de ‘Canción para las cosas’, en el que nadas desnuda.
Todo el mundo habla de él y ya lograste cerca de 50 mil vistas en YouTube. ¿De dónde surgió?
Nació de un pasatiempo porque Will van der Vlugt, mi novio, es fotógrafo. Hicimos una sesión de fotos debajo del agua por divertirnos y cuando vimos las imágenes, dijimos: ‘¡Wow! Valdría la pena filmar esto’. Y pensé que Canción para las cosas funcionaría perfecto, pues es una melodía tan desnuda como las imágenes. Ese video es como el ‘Rolls-Royce’ del disco porque es absolutamente bello, como lo es el disco.
¿Cuándo empezaste a desarrollar las letras, la música?
Cada una de las canciones refleja un momento muy personal de mi vida, emociones verdaderas y profundas con respecto a cada situación que generó la melodía. Llevo muchos años componiendo, incluso antes de que Café con aroma de mujer me lanzara, hay canciones que tienen 10, 20 años.
¿Cómo fue reencontrarte con esas composiciones, con esos recuerdos?
Quería hacer un disco que reflejara lo que yo quiero oír, la sonoridad que tengo en mi cabeza, fui haciendo todo como me lo iba dictando mi intuición, rescaté canciones, armonías y melodías y en compañía de Guillermo Díaz, que es un productor y arreglista, empezamos a reestructurarlas, en febrero ya lo teníamos listo. Nunca para mí había sido más fácil producir un disco. Además, conté con todo el apoyo de Will, de mi cuñado que hizo el diseño, de mis amigos.
El disco es tu primer hijo, ¿resultó sencillo trabajar con la persona que amas?
Se nos da facilísimo, esa tal vez es una de las cosas que más nos unen, pues nos encanta inventarnos proyectos. Las cosas que hemos hecho salen bonitas y especiales, tienen algo que va más allá.
Tus proyectos anteriores no lograron el impacto de este, ¿qué resultará tan seductor para la gente?
La respuesta positiva, para mí inesperada, que ha logrado el disco tiene mucho que ver con las palabras, con el trabajo. La gente cree que mi música es la de Gaviota, con esa música capté mucha atención, pero ahora veo que algo está cambiando y me gusta.
¿Antes, te sentiste decepcionada?
Nunca me he llevado una desilusión, pues antes me sentía como abriendo trocha, como haciendo una travesura, me ha costado respetarme como autora, de verdad. Solamente hasta ahora digo: ‘hermana, qué maravilla, qué bueno” (risas). Tengo buena energía respecto a ellas y veo cómo eso se refleja.
‘El amor es libertad’¿Completamente enamorada?
La verdad es que Will es una cosa realmente fantástica en mi vida.
¿Este amor te cambió la vida?
Desde que lo conocí como que todo mi panorama se organizó, porque tengo una persona con la que me comunico intelectual y emocionalmente, al mismo nivel. Es un hombre maduro, que comprende mi carrera, que es supremamente inteligente y ese es el mejor afrodisíaco de todos (risas).
¿Habías perdido las esperanzas con el amor?
Un poco. Lo admiro como artista, como creativo, es un compañero maravilloso y pensé que de eso ya no había en el mundo. Antes de conocerlo yo decía: ‘Creo que me fui así en la vida, terminaré sola’, ya me había tranquilizado con esa idea, pero cuando uno no busca, las cosas le llegan. Hasta que lo conocí estaba sintonizada con frecuencias que no eran para mí y forzándome a sintonizar. Yo creo que a las mujeres nos pasa mucho eso, tratamos de sintonizarnos a la fuerza por no estar solas y uno le insiste, insiste… Y desde entonces, ya llevamos tres años juntos.
¿Cuándo celebran aniversario?
Los veintinueves de cada mes
¿Y la distancia no es muy tediosa?
Él vive en Miami y tiene sus estudios en Ámsterdam, trabaja también por Europa, pero me fascina hacer el triángulo Bogotá - Miami - Ámsterdam.
¿Te gozas esos momentos de soledad?
Yo soy buena pa’ estar sola y él es un hombre muy ocupado, gracias a Dios. Estamos muy seguros de que queremos estar juntos, pero él no me está llamando a cada segundo a ver qué estoy haciendo y yo tampoco. Llevamos una relación muy tranquila y no tenemos miedo.
¿No te dan ganas de volverte a casar?
Nuestra relación es completamente libre, entonces eso la hace más divertida, es romántico pensar en el matrimonio, suena lindo decir mi esposo, mi esposa, pero no me atrevería a decir ni sí, ni no.
Un cuerpo de leyenda
Seguro te lo han preguntado mil veces, pero ¿cómo se logra un cuerpo como el tuyo?
Es una rutina militar, me ha tocado sufrirla. Si tengo una cita a las siete de la mañana me levanto a las cuatro, así sea arrastrando las patas. Hace tres años trabajo con el entrenador personal Francisco Saavedra, me lo presentó Amparo Grisales, y mi pasatiempo, junto a él, es esculpir mi cuerpo como si fuera una obra de cerámica.
¿Cuesta mucho?
Sí, pero por el momento es algo que me gusta, me encanta sentir mi cuerpo fuerte, torneado, ponerme la ropa y no tener que preocuparme por si se me salió algo o no. Yo misma me oigo y digo esto es intrascendente, pues tengo al lado a un hombre que está conmigo así tenga barriga o no, pero adoro el gimnasio.
¿Son casi treinta años de disciplina, nunca descansas?
Hay una madurez de los músculos que viene de años de trabajo; empecé a los 16 con clases de ballet y a partir de ahí gimnasio ‘venteado’ con todas las corrientes: pesas, todo el ochenterismo con casetes, videos, rumbas, máquinas... Ahorita empecé a ajustar las tuercas con la alimentación y con un entrenamiento muy específico y más funcional, que incluye todos los músculos del cuerpo. Y cuando viajo entreno sola porque he aprendido de sus ejercicios. Descanso un día a la semana.
¿A veces pecas con un chocolate o un helado?
Me siento terrible, esa enfermedad no se me ha quitado, no me gusta haber comido dulce, me da mal genio, pero ya. Uno debe saber cuándo se da los gustos y cuando no. Cuando uno deja de comer se engorda más, yo ya he pasado por ahí, dejar de comer dos días y después atiborrarme de comida el tercero y así. Desde que conocí a ‘Pacho’, como cada dos horas y media. Pero como me gusta el dulce, Elvirita, mi mano derecha, me prepara tortas con quinua, stevia, semillitas y al final me presenta una torta que no tiene ‘maldad’.
¿Cómo es tu rutina de belleza?
Tengo unas cremas que me echo hace 20 años por la mañana y por la noche, más de textura porque igual tengo mis arrugas, pero la cara tiene que tener una frescura, uno no se ve más joven borrándoselas, estoy dispuesta a ir arrugándome normal, aunque sí me hago tratamientos de láser y cositas con calor que activen el colágeno.
¿Y el pelo?
Lo trato a las patadas, yo misma me lo corto desde que lo tengo mono. Me cansé de todos esos tratamientos de queratina y como mi pelo es un estropajo y tiene vida, no le gustan los tratamientos para rizos ni champús especiales, nada.
Sus máximas
Un auténtico lujo. “Madrugar. Me levanto supertemprano, así me rinde mucho el día”.
Las letras. “Me encanta escribir y me fascina leer libros difíciles, de autores rusos”.
Salsa. “Soy muy poco de salir a rumbas. Me gusta hacer reuniones en mi casa, invitar a gente y bailar salsa hasta el cansancio”.
Sin maquillaje. “En casa me siento más conectada con la mujer que soy, ya no tengo ganas de impresionar a nadie, de decir mentiras”.
Twitter. “Me parecen importantes las personas, todas, las que me critican, las que no, yo retuiteo todo lo que dicen de mí, me hace sentir bien conmigo misma”.
Para oír. “Los clásicos brasileros, los salseros cubanos”.
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