Los vientos continuarán favoreciendo el avance de la economía colombiana en medio de un panorama externo difícil. En eso coincide la visión tanto de los organismos multilaterales como la de los analistas nacionales, quienes, a pesar de advertir que existen factores externos que podrían causar algún daño, el crecimiento de Colombia no será inferior al 4 por ciento en el 2013.
La mayoría de las proyecciones apuntan a una tasa por encima del promedio esperado para América Latina, que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) crecerá el año entrante a un ritmo de 3,8 por ciento, en línea con lo que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI), 3,9 por ciento.
Pero esto dependerá, en gran medida, de lo que suceda con la crisis de la zona euro y la pronta adopción de un ajuste fiscal, así como de la recuperación de Estados Unidos, cuyo nivel de endeudamiento está al límite, su desbalance fiscal de mediano plazo, que sigue siendo preocupante, y el tema político internacional.
El colombiano Alberto Bernal, directivo del banco de inversión Bultick Capital Markets de EE. UU., apunta a que el Producto Interno Bruto (PIB) del país crecerá en el 2013 un 4 por ciento y dice que la situación externa tendrá poco efecto, mientras que existen factores internos que pesarán más en ese desempeño.
Uno de estos es el proceso de paz que se adelanta con las Farc, pues, en su opinión, falta ver cómo se dará esa negociación y los puntos que entrarán a definir la desmovilización de esta guerrilla, y esto podría golpear el interés de los inversionistas por llegar a Colombia.
De cualquier forma, el 2013 es considerado por los analistas internos y externos como el año en el que la desaceleración de la economía colombiana tendrá su punto de quiebre, lo cual hace pensar que el país tendrá un crecimiento de entre 4 y 5 por ciento, máximo.
Esa dinámica, según la economista jefe del Bbva Colombia, Juana Téllez, será estimulada por el fuerte impulso de las obras civiles y por la minería, que logrará superar los cuellos de botella (licencias ambientales) y el transporte.
Pese a ese panorama alentador, hay aspectos que no se pueden descuidar, advierte la Asobancaria: “Debe tenerse cautela respecto de los efectos de un aumento desmesurado de la carga impositiva, porque podría frenar la demanda a corto plazo. Hay que tener en cuenta, además, que limitar la utilización de los beneficios tributarios vigentes puede tener efectos indeseables sobre el ahorro de la economía y la financiación de la vivienda y la infraestructura”, señala.
REDACCIÓN ECONOMÍA Y NEGOCIOS
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