El futbolista colombiano Phil Jackson Ibargüen, que hizo parte de la Selección Colombia que en el 2004 participó en el Torneo Esperanzas de Toulón (Francia) fue víctima de la trata de personas, denunció este viernes el Ministerio de Trabajo.
La pesadilla duró cinco años y la vivió en Bosnia-Herzegovina, donde fue engañado por empresarios. Ibargüen regresó a Colombia para tratar de superar su situación económica y poder traer de vuelta al país a su familia.
El ariete nacido en Istmina, Chocó, fue vinculado por un empresario al fútbol de Bosnia donde atraído por unos dólares y la posibilidad de jugar en un equipo de primera, comenzó el drama.
El delantero, a través del Ministerio del Trabajo, relató que jugaba en el Laktasi Fk en Bosnia, del que luego fue traspasado al Celik, donde, según la denuncia, sólo le pagaron cuatro meses de salario, pese a tener un contrato firmado por año y medio.
Añade que luego lo trasladaron al Sloboda, donde la situación fue peor. "No recibía salario sino reconocimientos parciales que no me permitían asumir gastos de mantenimiento de mi hogar", señaló Ibargüen.
Durante su tiempo de permanencia en clubes europeos, desde agosto del 2008 hasta febrero del 2013, ninguno de los clubes profesionales de fútbol le cumplió con la totalidad de los salarios.
También perdió una oportunidad de jugar en Croacia porque el equipo titular de sus derechos, a pesar de que no tendría ninguna vinculación con el mismo, pidió una suma exorbitante para su traspaso, y durante más de un año los dirigentes le retuvieron su pasaporte.
“Ellos, sabiendo que yo no entendía la lengua, se aprovecharon para hacerme firmar un papel”, cuenta Ibargüen, quien confiesa que confiaba en el empresario que lo llevó. “Me impidieron contratar con cualquier grupo que estuviera interesado en mí”, agregó.
Ibargüen regresó a Colombia a comienzo de este año con la ayuda de amigos, pero sus tropiezos no paran. Cuando todo estaba listo para jugar en segunda división con la Universidad Autónoma del Caribe, no llegó a tiempo la carta de libertad por parte de las autoridades deportivas de Bosnia y el equipo lo hizo rescindir el contrato, truncándose la posibilidad de volver al fútbol colombiano y otra de irse a Grecia.
Ibargüen intenta reunir el dinero para tramitar las visas para traer a vivir al país a su familia, y ni siquiera cuenta con elementos deportivos para entrenar.
“Mi familia no está conmigo porque me ha sido muy difícil poder reunir el dinero para estar junto con mi esposa y mis hijos. De acuerdo con lo que he podido conseguir les he estado mandando, pero ha sido muy difícil y no teníamos una estabilidad económica para poder hacer los procedimientos necesarios para que ellos pudieran estar acá (en Colombia)”, finalizó el jugador.
Su fuerza, dominio de balón y capacidad goleadora le auguraban a Ibargüen un futuro promisorio en el fútbol nacional y del exterior pues a su escasos 20 años el seleccionador colombiano José Silva lo convocó al equipo que disputó el Esperanzas de Toulón. Allí anotó uno de los dos goles con los que Colombia derrotó a Turquía. El otro lo hizo el hoy delantero del Mónaco francés Falcao García.
Para la coordinadora del Grupo de Equidad Laboral del Ministerio del Trabajo, Lina Arbeláez, "a Jackson le vulneraron sus derechos de locomoción, a la libertad de actuación y determinación, afectando así su dignidad y convirtiéndolo en una víctima de la trata de personas".
EFE
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