Aunque la muerte los libró de la acción de la justicia, cuatro nombres empiezan a ser recurrentes en las reconstrucciones de Memoria Histórica y de la Unidad de Contexto de la Fiscalía sobre el surgimiento y la expansión de los grupos ‘paras’ en el país.
El último que entró en esa lista de los que se fueron sin dar todas las explicaciones de sus actos fue el ‘zar’ de las esmeraldas Víctor Carranza, quien murió hace 8 meses y que cada vez aparece más enredado con la sangrienta llegada de los paramilitares de Carlos Castaño a los Llanos Orientales en 1997.
Además de la utilización de fincas y hasta una avioneta suyas para la logística de la incursión ‘para’ en Mapiripán y en otros pueblos de los límites entre Meta y Guaviare, Carranza habría dado su permiso para que las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) entraran en una zona en la que imperaban los ‘Carranceros’, grupo que siempre fue señalado como su ejército personal en el oriente. “Vicente Castaño me comentó de una reunión que había hecho con Carranza, (para ver) si permitía el ingreso de las Accu”, le dijo a la Fiscalía Jorge Victoria, el hombre que confesó haber sido “el responsable de la llegada de los paramilitares (de Carlos Castaño) al Llano”. Y agregó que esa incursión no fue problemática porque “eran unas instrucciones que daba un superior, en el caso de los ‘Carranceros’ ”.
Carranza, que estuvo preso dos años pero nunca fue condenado por paramilitarismo, ha sido salpicado, además de Victoria, por jefes ‘paras’ como el ‘Alemán’, ‘Don Mario’ y Salvatore Mancuso.
“Aunque la acción penal se extingue por su fallecimiento, los mandatos de reconstruir la verdad histórica del conflicto permiten que la Fiscalía mencione en sus investigaciones a personas ya desaparecidas. Eso ya se hizo en el caso del magnicidio de Luis Carlos Galán”, dijo una alta fuente del organismo investigador. La Fiscalía incluye en el complot de ‘paras’, narcos y políticos que estuvieron detrás del crimen a Hernando Durán Dussán, reconocido opositor de Galán en el liberalismo.
‘Patriarcas’ de Córdoba
En septiembre del año pasado murió, a los 85 años, el exgobernador de Córdoba y exalcalde de Montería Jesús María el ‘Mono’ López. Su nombre aparece en decenas de investigaciones como uno de los principales promotores de los ‘paras’ en la Costa. La Corte Suprema lo condenó a 90 meses de prisión por nexos con las Auc y en su expediente aparece, por cuenta de la Fiscalía, una afirmación de este tenor: “No fue un político que tuvo vínculos con el paramilitarismo, sino un paramilitar que tuvo vínculos con la política”.
López, quien por más de 30 años jugó un papel de primera línea en la política cordobesa que heredaron sus sobrinos, los hermanos Juan Manuel y Libardo López (también enredados por nexos con las Auc), fue una ficha clave en la consolidación del proyecto paramilitar de Carlos Castaño y Salvatore Mancuso. A pesar de que su cercanía con los jefes de las Auc era reconocida, la justicia lo tocó solo al final de su vida y la sentencia la cumplió en su casa. “Era un hombre muy afecto a mí, era como mi padre, un convencido de la lucha antisubversiva”, dijo de Jesús María López el jefe paramilitar Salvatore Mancuso.
La historia del ‘Mono’ López corrió paralela a la del ganadero Rodrigo García Caicedo, quien murió en el 2011 en Montería, también con más de 80 años a cuestas.
Una declaración de Diego Fernando Murillo, ‘don Berna’, ante Justicia y Paz, dio cuenta del poder de García, quien abiertamente defendía la causa paramilitar y tuvo varias investigaciones que nunca avanzaron.
‘Berna’ aseguró que fue el ganadero quien puso freno a una negociación entre las Auc y el Eln a finales de los 90. “Me desplazo con Carlos Castaño a Montería y en una finca se reúne con Rodrigo García, que era el interlocutor entre Carlos y esta gente (el famoso y oscuro grupo de ‘los Notables’). Él (García) dijo que iba a consultarlo y que volvía al otro día. (Después) dice que se oponen rotundamente, que el objetivo de las Auc es que no queden guerrilleros en Colombia”.
Yanine, un ‘héroe’ cuestionado
El general Farouk Yanine Díaz era considerado un héroe de la lucha antisubversiva mientras estuvo en el Ejército. Antes de morir a los 74 años, en 2009, fue llamado a responder por uno de los peores crímenes que hayan cometido los ‘paras’: la masacre de La Rochela.
“El fenómeno del paramilitarismo en el Magdalena Medio no fue el fruto de una actividad individual o desviada de oficiales del Ejército, sino una política de Estado que tuvo expresiones en la legislación y, sobre todo, en la doctrina, reglamentos y disposiciones internas en las Fuerzas Militares”.
La afirmación hace parte de la resolución de la Fiscalía que hace un mes volvió a poner preso al general Miguel Maza Márquez por el crimen de Luis Carlos Galán y se refiere al papel que jugaron varios oficiales en el surgimiento de los grupos ‘paras’ en los 80.
REDACCIÓN JUSTICIA
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