La decisión del registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, de dejar en firme el proceso revocatorio contra el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, complejizó el tema tanto política como jurídicamente.
La concurrencia de dos acciones con ingredientes jurídicos y políticos y dirigidas a sacar de su puesto al Alcalde mayor no tenía antecedentes, y aunque hay normas legales y constitucionales que regulan estos procesos, los sobrevinientes y la manera como Petro ha capitalizado políticamente la decisión del Procurador de destituirlo ponen un velo de incertidumbre sobre el desenlace. (Lea también: Colombia sabrá encontrar una salida: presidente de Corte IDH)
El pulso entre detractores y defensores del alcalde Petro toma cada día más fuerza. Se ha convertido en el hecho político del país hasta el punto de opacar las campañas electorales por la Presidencia y el Congreso. (CIDH podría decidir sobre solicitud de Petro esta semana)
No obstante que la destitución y la revocatoria de Petro –las cuales fueron impuestas por el procurador, Alejandro Ordóñez, el lunes de la semana pasada– siguen su curso, los colombianos se irán de vacaciones con la incertidumbre de qué pasará con la administración de la principal ciudad del país.
Está pendiente que el Alcalde presente una reposición contra la decisión de Ordóñez, la cual sería radicada el 30 de diciembre.
Al igual que como ha sucedido con el caso de la destitución, la revocatoria podría convertirse en una oportunidad para el resurgimiento de Petro, especialmente si logra dilatar la aplicación del fallo y es capaz de aprovechar el sentimiento de respaldo que ha despertado en los últimos días.
Por eso, el Alcalde dijo ayer que no interpondrá ningún recurso para retardar la revocatoria, dando un giro a su estrategia de los últimos meses, cuando puso más de 250 recursos para frenarla.
De hecho, tras la sanción de Ordóñez, el Alcalde mayor se recuperó como nunca en las encuestas. En términos de favorabilidad, Petro obtuvo un 50,6 por ciento en una encuesta de Datexco.
Destitución y revocatoria
Ante esta situación se vislumbran cuatro posibles escenarios. El primero es que se confirme la destitución antes de que ocurra la revocatoria, caso en el cual esta última ya no se realizaría.
Según el Registrador, si esto sucede la revocatoria “no puede hacerse”.
Con él coincide el expresidente del Consejo Nacional Electoral, Antonio José Lizarazo, para quien “ya no habría revocatoria porque no habría a quien revocar”.
¿Y si Petro gana?
Un segundo escenario sería un posible triunfo del Alcalde en la revocatoria, es decir que por voluntad popular no tenga que irse del cargo.
Para Lizarazo, desde el punto de vista jurídico esto no tendría “ninguna incidencia” en la decisión que tendría que tomar Ordóñez.
“El proceso que adelanta la Procuraduría es de carácter disciplinario y corresponde a la competencia de ese organismo para vigilar a los servidores públicos, mientras que la revocatoria es política”, dijo el experto.
Desde el punto de vista político el tema podría ser diferente. Ordóñez se enfrentaría a confirmar una decisión contra un alcalde probablemente más ‘empoderado’ por su triunfo en las urnas.
El académico Jairo Libreros afirmó que en este escenario lo más seguro es que el procurador Ordóñez confirme su decisión. “Lo único que podríamos esperar es una dosificación de la inhabilidad, pero en la destitución no se va a echar para atrás”, dijo el analista.
¿Y si Petro pierde?
Un tercer escenario es que se haga la revocatoria y el Alcalde la pierda, es decir que tenga que abandonar el cargo. En este caso el proceso en la Procuraduría seguiría su curso y se podría dar el caso de un alcalde revocado, destituido e inhabilitado.
Finalmente podría ocurrir que la revocatoria no alcance el mínimo necesario de votos para que sea válida y entonces la revisión del jefe del Ministerio Público seguiría su curso.
Sea cual sea el escenario al que se enfrente Petro, lo cierto es que una de las víctimas de esta situación es la capital del país, cuya estabilidad institucional dependería de qué tan pronto se solucione esta controversia.
Costaría $ 60.000 millones
Empieza solicitud de recursos para el proceso
Ayer mismo, el registrador Nacional, Carlos Ariel Sánchez, le envió una carta al ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, solicitándole los 56.760 millones 684.622 pesos que costará la revocatoria del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
Según el funcionario, estos son los costos para desarrollar esa consulta. Esta cifra se invertiría en toda la logística que se requiere para esa votación, es decir la impresión de tarjetones y la adquisición y ubicación de cubículos para el día de la revocatoria.
Una buena parte de estos recursos se destinaría a la contratación de supernumerarios que serían los encargados de contribuir en todo el desarrollo del proceso.
Como eventualmente esta votación se daría en una fecha diferente a las elecciones ordinarias, esto hace que los costos se incrementen.
JUAN FRANCISCO VALBUENA G.
REDACCIÓN POLÍTICA
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