Profesor, cómo califica este momento?
Inoportuno, diría yo, y seguramente de los momentos más difíciles que hemos tenido y que yo, personalmente, he tenido. En alguna instancia alguien me decía que son nubes que pasan.
Cuánto se demora...?
No sé. Depende de nosotros mismos, de todos...
Ya que habla de tormenta, de nubes, esta de la agresión de Bolillo Gómez a una mujer es una tormenta pasajera o una que cobrará víctimas?
Esto depende de la madurez y la inteligencia, y de los caminos que encontremos desde la reflexión que todos los estamentos hagamos.
Usted tiene una relación con Hernán Darío Gómez personal, afectiva, profesional desde hace más de 30 años y desligar eso debe ser muy complicado, pero, cuál es su posición específica: aguantar y darse la pela y esperar a que pase la nube?
En su momento, hace unos 15 meses, yo aparté el tema de amistad y di una recomendación desde lo estrictamente deportivo sobre quién debía ser el técnico de la Selección. No me cabe duda de que hoy no está en debate la capacidad de Hernán desde el punto deportivo. Y ya este tema personal, que apareció en un momento, y que no obedece a una conducta. Es un tema netamente personal que Hernán debe resolver. Uno es amigo no solamente para regocijarse en el día a día, sino para acompañarlo, abrazarlo y darle la energía suficiente y pedirle a Dios que lo ayude, pero es él quien tiene que resolver sus problemas.
El tema es personal...? l es el técnico de la Selección Colombia de mayores, es como el ministro del fútbol y el hecho es muy grave. Cree que, en este caso, se puede separar esa parte que usted llama personal de la profesional?
El tema institucional no nace de una posición personal. En la Federación, el presidente es el que toma las decisiones, sustentado por la reflexión de un Comité Ejecutivo, con el aporte de una comisión técnica y de un director de desarrollo. La decisión final no está en manos de una persona: está en manos de una estructura, que va a determinar qué va a pasar. De entrada, Hernán ha tomado una posición personal y yo he aprendido a respetar lo que cada individuo hace desde la libertad que todo ser humano tiene de escoger su camino.
Estamos hablando de la renuncia que ya presentó?
Exacto. l tomó esa decisión. Ya, después, vendrá la reflexión para hablar y sopesar las bondades de aceptarla o no y, a partir de eso, ya vendrá otro cuestionamiento.
Cuál será su recomendación? Se sabe que usted no vota, pero sí opina...
Me parece clave que usted diga eso, que yo no tengo voto, pero que sí puedo recomendar. Así las cosas, yo tengo que ser coherente con mi recomendación y esa la hago desde el fútbol, desde lo profesional del fútbol. En mi cargo no me van a medir porque tenga una Federación o un equipo de los padres jesuitas que se portan muy bien; a mí me van a medir por la evolución del fútbol en Colombia, por cómo están los jugadores, por si son mejores...
Infiero que su recomendación, desde el punto deportivo como me lo ha dicho, es mantener el cuerpo técnico, no aceptar la renuncia...
Este no es el escenario. Hay un Comité al que uno debe dar su posición, pero usted sabe que yo soy una persona derecha. Cuando yo tomé mi decisión de recomendar a Hernán Darío, hace más de 15 meses, lo hice porque creo que es el técnico más capaz en este momento en Colombia: no lo hice porque fuera mi amigo.
Y qué hacer, entonces, con todo el rechazo que se ha dado, con toda la polémica y el debate nacional que ha generado?
Sí, es parte de nuestra cultura, en la que el morbo incita dependiendo de la figura (personaje) y de pronto hay actos más complicados... Y que conste que no estoy defendiendo un hecho lamentable e inusual también, pero en el país entero andamos desde hace mucho tiempo pidiendo, casi que de rodillas, por ejemplo, la desmovilización para abrazar a todos los que construyeron su vida matando, secuestrando, robando y, si eso se da, todos lo veremos como bien... Y, ahora, queremos lapidar? Esas son las cosas que me desorientan, que me desconciertan. Esto me pone triste, porque hace que uno se pregunte para dónde vamos, cómo construimos este país.
Usted cree que un símbolo de esa construcción de país es perdonar la agresión a una mujer?
Es que la única manera de que un país salga adelante, salga del rencor y consiga grandes cosas es siendo libre, y el día en que nos liberemos del rencor podemos perdonar muchas cosas.
Si Bolillo sigue, no cree que la situación será muy complicada de cara a la sociedad para él mismo, la Federación, la Selección, para usted o, simplemente, esperarán a que pase la nube?
Las nubes pasan, pero es difícil. Ya está siendo difícil y es cuando se necesita fortaleza. Le confieso que, en mis reflexiones, a veces flaqueo porque me lleno de todos esos temores que usted dice, pero en la vida hay que enfrentar las cosas.
Ha hablado con Hernán Darío en estos días?
Sí. Hablo con él todos los días. Sigue estando mal porque es un golpe en el alma, es una acción de la que se va a arrepentir toda su vida. De pronto él, en su interior, habrá hecho un análisis y tratará de comprender que es muy difícil manejar las repercusiones que esto tiene, no solo en materia de fútbol sino en su entorno inmediato.
De pronto pasa que los problemas, en vez de tumbarte, te fortalecen. Con seguridad pueden cambiar muchas cosas y a él le van a cambiar muchas. La historia dice quién era san Pablo. San Pablo tenía su vida diferente y un día le cayó su rayo y se volvió san Pablo. Por eso, todos tenemos un rayo....
Y cómo manejar al amplio sector social que asegura que una agresión como esta no se puede quedar en una simple disculpa, que el hecho de que haya habido trago no es un atenuante sino un agravante?, cómo enfrentar eso?, eso no será absolutamente inmanejable para ustedes?
Yo lo veo muy difícil y para la Federación es complicado todo. Si Hernán dice: "Me voy", como dijo, entonces, dónde está lo que ya se había hecho?, porque no es solamente que se haga una alineación. Hemos rescatado una idea perdida hace 10 años, porque hacía 10 años que no se veía un equipo que extendiera una factura de credibilidad de cara al futuro.
Le faltarán detalles que lo fortalecerán a través de la competición, pero hacía mucho tiempo que no se lograba eso. Yo puedo hablar con un poquito de autoridad, porque tuve la posibilidad de convivir con el grupo y en el fútbol es tan difícil armar un grupo...
Un equipo sale, a veces, cuando uno hace un cambio o cuando se lesiona uno y se consigue otro, pero el concepto de hacer un grupo se demora un siglo y este grupo es compacto y tiene un líder natural. El grupo cree en él.
Pero ese trabajo no lo ha hecho solo Bolillo: están usted o Leonel Álvarez... Es tan indispensable Bolillo para mantener eso?
Son tintes personales. Una cosa es el grupo que ha armado Hernán y otra es el grupo que pueda armar Leonel u otro. De paso, les doy un parte de tranquilidad a muchos: no me pasa por la mente -lo tengo clarito- dirigir la Selección Colombia. Me atrae la posibilidad de dirigir, pero eso será el día en que yo decida y tenga la posibilidad de hacerlo fuera del país.
Da la sensación de que la Federación trata de vender la idea de que se vino la eliminatoria y que si no es Bolillo no hay quién...
Cuando yo hablaba de la reflexión, estaba sustentada por ese tipo de cuestionamiento. Entonces, nos preocupamos por Bolillo, Eduardo (Lara) o Ramiro (Viáfara) cuando debemos preocuparnos por una cosa más estructural, como formar a nuestros entrenadores para que, en cualquier momento, podamos tener seis o siete opciones, como hay en algunos países, porque indudablemente si yo hace un año y medio dije que debía ser Bolillo sigo pensando que es Bolillo. Acá, nadie tiene la trayectoria y la categoría profesional que tiene Hernán.
Entonces, si no es Bolillo no hay nadie...?
No sé... Aquí, hay una Comisión Técnica y un Comité Ejecutivo que lo analizarán, pero primero hay que esperar a que los hechos se consuman. Ahora, entiendo que el técnico es Hernán. No sé qué va a pasar y se debe analizar la posición inicial que ya tomó él.
Usted dijo que habla con Hernán Darío todos los días. Nos puede contar si él quiere seguir?
De todo corazón se lo digo: no he sido capaz de preguntarle eso, porque a mí me interesa más el amigo. Mi preocupación es su entorno inmediato, cómo lo va a resolver, que tenga la tranquilidad para intentar arreglar, una a una, las cosas. Yo le digo que, cuando el camino está oscuro, hay que parar y dejar que amanezca.
Le contó algo de su visita al médico, de la primera cita que tuvo con un especialista?
No sé como habrá quedado el especialista (risas...).
Ahora, con la eliminación de la Selección Sub-20 en los cuartos de final del Mundial, se debe quedar el técnico Eduardo Lara?
Esta película ya la he visto: un equipo que se arma con mucha ilusión, el país empieza a coquetear con él, hay momentos fantásticos, nos sentimos colombianos a muerte, nos ponemos la camiseta, soñamos y después viene el batacazo e, inmediatamente, se dice que el técnico es un desastre, que hay que crucificarlo y a los cuatro o cinco meses empieza otro proceso y volvemos a lo mismo y al técnico hay que volverlo ropa de trabajo, descalificarlo, quitarle todo lo que había hecho y ganado...
Personalmente, no quiero volver a esa situación y entrar en eso. A mí me parece que este es un momento cumbre como para que nos pongamos a pensar en una estructura que no nos haga estar en este carrusel. Entonces, más allá de decir si Lara sigue o no sigue, el tema es proteger, formar, fortalecer y capacitar a nuestros entrenadores para que los jugadores puedan ser mejores, porque el jugador de Colombia todavía es un producto mal terminado. Estos jugadores fueron creciendo y compitiendo y pensando en competir y para un entrenador una cosa es competir y otra es enseñar. Yo creo que nosotros tenemos que comenzar una estructura en la que enseñar sea lo primero.
Pero vayamos a lo puntual. Eliminados del Mundial después de un terrible Suramericano con eliminación de los Olímpicos de Londres. Hubo problemas con algunos jugadores entre sí y con el técnico... Y la responsabilidad de Lara en todo eso cuál es?
Siempre los técnicos asumimos la responsabilidad. En el momento en que asumimos el cargo, asumimos la responsabilidad. Cuando yo llegué acá, había unos proyectos, un trabajo y una plata y un tiempo invertido. Por respeto, en un acto normal de inteligencia, acompañé eso desde la distancia porque yo no podía meter la mano. Eso ya estaba andando. Ahora, el proceso Sub-17 terminó y el proceso de la Sub-20 terminó. Ahora, en diciembre, terminará el proyecto de la Sub-15 en el Suramericano. Entonces, a partir del próximo año, vendrán los proyectos del 2013.
Esta Selección Sub-20 nos ilusionó, pero es una copia de todo lo que ha pasado en el fútbol de Colombia. No nos podemos abstraer de esto y decir que esta Selección no cumplió esto cuando estuvo en la constante de la estructura que tenemos. El tema no es ensañarnos ahí: el tema es una invitación a saber que no vamos por el camino correcto.
Y si no vamos por el camino correcto, hay que cambiar al maquinista...?
Hay que cambiar muchas cosas, incluso la carrilera. Es una posición personal.
Poner unos nuevos rieles?
Yo lo tengo claro: es una repetición de la repetidora. Entonces, si queremos cambiar, no podemos hacer lo mismo, porque nadie garantizar que con el mismo protocolo vas a tener resultados distintos. Hay que hacer una reestructuración de todo, de modelo que permita otras cosas, soñar con otras cosas.
De manera sencilla, cómo podría ser esa nueva estructura? Un cambio estructural siempre tiene que estar encaminado a mejorar el producto, porque, mejorando a los jugadores, mejorará su producido. Cómo mejorar a los jugadores?, pues mejorando a los entrenadores; y, cómo mejorar a los entrenadores?, pues capacitándolos, formándolos, organizando el tema de la escuela de la formación continuada.
Después, hay que armar la estructura de las Selecciones en la Federación, de la élite de las categorías puntuales que son la Sub-15, la Sub-17 y la Sub-20.
Esas categorías deben sustentarse en el fútbol de base: le hablo desde los 6 años de edad. Así, hay que vigilar las escuelas de formación, que tengan una licencia que las habilite, una licencia que tiene que expedirse por la metodología de aprender jugando.
Los chicos de la Sub-15 tienen que trabajar como hacen en Brasil: en el año de la competición, deben trabajar uno o dos y después dejarlos que jueguen en sus casas, en sus barrios, en sus equipos y colegios. El técnico debe ser un formador. Después, en la Sub-17, hay que buscar un técnico que dicte conductas. Y todas las selecciones tendrán un cuerpo técnico integrado bajo la coordinación y la vigilancia de un entrenador.
Ese sería el técnico de la Selección de mayores?
Sí.
Dice que esto no está funcionando y que hay que cambiar. Supongo que recomendará cambiar a los técnicos...?
Ahora, no hay técnico de la Sub-17. Entonces, a quién vamos a cambiar?
Pero sigue Lara como DT de la Sub-20?
Ya se acabó ese proceso. Es más, ahora no hay Selección Sub-20. Eso hay que armarlo. Yo no puedo decir que hay que cambiar cuando no hay técnico.
Tiene candidatos?
Dicen que yo quiero llevar a mis amigos y eso no es cierto. Yo, simplemente, desde mi experiencia, voy a marcar una estructura. Yo pienso que para la Sub-15 el técnico tiene que ser un metodólogo completo que esté por encima de los resultados. Vos ponés un chico joven y tiene toda la ilusión de ser el técnico de Millonarios o Nacional y la única manera como se consigue eso es ganando y, para ganar, acepta hacer lo de los grandes. En la Sub-17, el entrenador debe tener una mezcla. Y el de la Sub-15 es el colaborador del de la Sub-17 y este, a su vez, del de la Sub-20 y así, entre todos, buscar esa amistad y esa unión futbolista que marca el director general.
Gabriel Meluk
Editor de Deportes EL TIEMPO
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