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Clara López habla sobre su gestión y lo que qu

NotaPublicado: Mar, 25 Oct 2011, 00:50
por eguhu
Clara López habla sobre su gestión y lo que queda pendiente en Bogotá

Soy una convencida de que en la vida a uno le pasan las cosas que le conviene que le pasen. Al reemplazar a Samuel, usted se inhabilitó como candidata a la alcaldía. Pero, fíjese, terminó dando un brinco y ahora saldrá convertida en candidata presidencial...


(Risas). No lo veo tan claro como usted. Pero esta experiencia me hace sentir bien. Con las riendas en la mano. Empoderada de los problemas de Bogotá y con la satisfacción del deber cumplido. No pensaba que eso fuera posible.


En el hipotético caso, sería candidata presidencial por dentro del Polo o, estando el partido tan desprestigiado, buscaría la candidatura de un movimiento de izquierda diferente?


El país necesita una oposición fuerte y una izquierda fortalecida. Una tarea que está por hacerse es la recomposición de la izquierda colombiana, con el Polo, pero también más allá del Polo.


Si gana Petro, eso será un golpe humillante para su partido. Porque habrá ganado con el apoyo de la gente del Polo, pero por fuera del Polo...


No me ponga a hablar de política.


No le estoy preguntando si quiere que gane Petro o que pierda... Hay un hecho objetivo y es que Petro puede ganar.


Cualquiera de los candidatos actuales puede ser alcalde. O alcaldesa. Y con ella o con él, yo haré un empalme serio, responsable, para que tenga el espacio abierto para empezar a gobernar desde el primero de enero.


No le daría fastidio empalmar con Petro?


Tengo un gran respeto por todos los candidatos. Buena relación con todos, incluyendo a Petro. Y los bogotanos tenemos que apostar para que a quien sea elegido este domingo le vaya bien.


Alguna vez su papá dijo que no es que su hija Clara fuera comunista, sino que "estaba" comunista. Cuál es la diferencia entre ser y estar?


Mi papá me estaba protegiendo. l debía de estar pensando en la manida frase de que el que no fue comunista antes de los 20 no tiene corazón y el que aún lo es después de los 20 no tiene cabeza.


Según ese dicho, usted no tiene cabeza...


Tengo la cabeza muy bien puesta. Lo que pasa es que el término comunista, hoy menos que ayer, pero todavía, es un instrumento de estigmatización. Casi un improperio. Es con lo que se asocia a toda persona que sea muy firme en sus convicciones de justicia social. A López Pumarejo le dijeron comunista. A López Michelsen, también. Entonces le contesto que si me dicen comunista, lo recibo a mucho honor, porque yo no me rindo ante los intereses personales y continúo con la bandera social y combatiendo la desigualdad. Ni soy, ni he sido comunista, pero tampoco me cogerá jamás hablando contra los comunistas.


Pero usted sí es una izquierdista de raca mandaca. Con esos apellidos de la rancia aristocracia bogotana, López, Obregón, Holguín, Pombo, usted no pateó el tablero, sino las copas de bacará...


Pues sí, porque ahora las copas de bacará de mi casa han tocado uno que otro labio de sindicalista.


(Risas). Cómo hizo para casarse, ahí sí con un comunista como su actual esposo, Carlos Romero, y para que se lo aceptaran en la sociedad a la cual pertenecía usted?


Fue duro para mí y para mi familia. En el ambiente social del cual provengo, casi más que la orientación política pesaba la posición social. Los años fueron mostrando que mi decisión fue acertada, a pesar de que todos pensaban que era la equivocación más grande de mi vida. Hoy, toda mi familia reconoce que Carlos me ha hecho muy feliz, porque cuando uno tiene una buena relación de pareja tiene ganado un buen trecho de la vida.


Es cierto que durante los años que lleva de casada, más de 25, ha almorzado todos los días con su marido?


Con una que otra excepción muy esporádica, y hasta que llegué a la alcaldía, sí.


Eso no es muy aburrido?


Es que si uno no almuerza con su marido, otra persona almuerza con él. Es un consejo que les doy a todas las mujeres. Hay que construir, cuidar y consentir la relación de pareja conscientemente, porque, si no, inconscientemente se acaba con ella. Tengo muchas amigas que, por no almorzar con su marido, han acabado en otra cosa.


A los bogotanos nos ha sorprendido gratamente su alcaldía. Pero le confieso que no sé muy bien si es por el contraste con la ausencia de Samuel o porque realmente usted está muy presente...


Ambas cosas. Llego a la alcaldía en una crisis administrativa y sentimiento de vacío tremendo de la ciudad. A cualquiera lo habrían acogido con abrazos. Tengo mucho que agradecerle a la ciudadanía.


Me sorprende su modestia. Puede que en cuatro meses no se pueda hacer mucho, pero sí la hemos visto muy presente hasta en la última obra inconclusa de la ciudad, en contraste con Samuel, que nunca apareció porque siempre estaba en Miami...


En cuatro meses sí se puede hacer mucho!


Como qué?


El primer reto: logré que el Concejo, por decisión unánime, archivara el acuerdo para la privatización de la ETB.


Y eso lo considera un logro?


Pues claro. En compañía de una junta directiva de excelsas calidades vamos a entregar la empresa con un plan estratégico y unos programas de inversión, con licencia de televisión y con servicio de telefonía móvil. En pocos meses le dimos una vuelta a la empresa.


Cómo quedará al fin la 7a.?


Hemos acordado un corredor verde, que ha capturado la imaginación. Es la alternativa del futuro. Cambio climático y calidad y amabilidad de vida, combinados en un proyecto que estamos estructurando a marchas forzadas.


La calle 26?


Muy próximo a terminarse todo el proyecto de la Caracas para abajo.


Intuyo por su respuesta que hay problemas en la 26 de la Caracas para arriba?


Ese es uno de los contratos más demorados de la fase tres. Pero estamos definiendo ya el plan de manejo del tráfico para demoler el puente de la 7a. con 26.


Cómo! Nos van a demoler el puente de la 7a. con 26? Lo que nos faltaba para la parálisis total!


Tranquila. Ya nos hemos reunido con el secretario de Movilidad, con la directora del IDU, con los contratistas, con los interventores, para hacer una revisión absoluta del manejo del tráfico durante esa obra.


No será mejor que los bogotanos vayamos decidiendo si, mientras dura la obra, nos quedamos a vivir de la 26 para allá o de la 26 para acá?


No. Tenemos que ser sensatos en temas de obras. Les hemos dicho a los contratistas antes de autorizar esa demolición, que está muy próxima: hay que terminar todos los demás frentes de obra que están abiertos y que afectarían mucho la movilidad si no están terminados. Me refiero a la intersección de la 19 con 10a., a la oreja de San Diego y a la ampliación a dos carriles de la oreja de la 26, porque esa va a ser la salida del centro. Y se tiene que estructurar muy bien el tráfico que sube por la 26 para desembocar en la 7a., en la 5a. y en la 3a., abriendo un canal que hoy está cerrado. Con esos carriles de tráfico funcionando no se va a mejorar la movilidad con la demolición del puente, pero no se va a desmejorar.


Explíqueme qué pasará con el puente de ciencia ficción del Cantón Norte, que tiene dos pedazos a punto de unirse que no desembocan en ninguna calle...


Cierto que se va a terminar el puente antes que la calle, pero la calle va a ser una realidad. Lo que pasa es que parte en dos el Cantón Norte. Y no hemos logrado ponernos de acuerdo con el Ejército, aunque estamos muy próximos a una conciliación. El Distrito piensa que no debe pagar más de 30.000 millones de pesos, y el Ejército está pidiendo más de 100.000 millones. Vamos a un peritaje de la Lonja. Inmediatamente se suceda la conciliación, se abrirá la prolongación de la carrera 11. Para el Ejército no será fácil trasladar las bodegas que tiene allí y estamos muy agradecidos con la voluntad de las Fuerzas Armadas.


El próximo lunes, a primera hora, tendrá en su oficina a la persona que gane las elecciones este domingo. Qué es lo primero que le va a advertir?


Una lección que he aprendido. Que en Bogotá lo que funciona es la humildad y no la soberbia.


Huy! Me acaba de descartar a un candidato! (Risas)


No. Es que en Bogotá lo que la gente espera es franqueza.


Ahí me descartó a otro!


(Risas). No me malinterprete. La ciudadanía responde muy bien cuando uno habla con la verdad, acepta los errores y busca las soluciones de manera sensata. Y tendrá que ser muy incluyente. Hablar con todo el mundo. En Bogotá se necesita ir de la mano del Gobierno Nacional y de la Gobernación de Cundinamarca, porque Bogotá ya es una región. Y un último consejo: Bogotá necesita megaproyectos, es cierto, pero uno no se puede olvidar de la atención al detalle.


Qué será lo último que intente hacer como alcaldesa de aquí al 31 de diciembre, cuando acaba su período?


Acabar en Planeación Distrital con la discrecionalidad de ciertos funcionarios de segundo nivel que se ha convertido en el impedimento para que que todos los proyectos de construcción avancen normalmente.


Cómo así?


Los funcionarios de Planeación Distrital tienen una discrecionalidad casi subjetiva, por lo complejo que es el POT y su interpretación. Eso ha llevado a una crisis, que tiene paralizadas casi todas las decisiones de la ciudad, con una desesperanza de la gente que tiene proyectos de infraestructura o de quien sencillamente piensa que su casa colmó su vida útil y quiere construir allí otro tipo de proyecto. Vamos a eliminar esa discrecionalidad, siempre y cuando nos apoye el Concejo.


Con varios de esos concejales ocupados en líos judiciales, será difícil... Pero hablemos de Samuel. Ha sobrevivido su amistad con él o le da rabia lo que pasó?


Sufro de una sensación de vacío muy grande por cuenta de una amistad que ya no se puede cultivar. Tengo que atender los deseos y sentimientos de la gente y por eso no lo he ido a visitar en la cárcel. La gente no lo entendería. Eso va un poco en contra de mi natural sentido de solidaridad. Pero me he concentrado en ser solidaria con su esposa, Cristina, una mujer extraordinaria, que está sufriendo mucho.


Le escuché proponer el otro día a Felipe Zuleta que usted se quede de alcaldesa... No será posible?


(Risas). Me llena el corazón y me estimula que cuando voy caminando por la calle me pare una señora y me diga lo mismo que usted me está diciendo. Qué mejor regalo para haber llegado a la alcaldía en situación tan compleja, pero sin una sola atadura, a hacer solo una cosa: bien por la ciudad. Creo que eso es algo que uno no tiene cómo agradecer. Y que usted o Felipe Zuleta me lo planteen me halaga mucho.


María Isabel Rueda
Especial para EL TIEMPO



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