La operación reglamento que están aplicando los controladores aéreos colombianos desde noviembre pasado ha ocasionado pérdidas de entre 4.000 y 11.000 millones de pesos, según estimaciones de las aerolíneas y la Aeronáutica Civil, respectivamente.
La protesta de los controladores, avivada desde el 10 de enero, ha generado sobrecostos a las aerolíneas por 2,5 millones de dólares por mayor consumo de combustible, gastos administrativos y compensaciones a los usuarios, de acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo de Colombia (Atac).
La Aerocivil, por su parte, dice que la protesta ya deja daños a la industria por 6 millones de dólares.
Solamente en enero, unos 6.000 de los casi 18.000 vuelos que se realizaron en el país fueron retrasados o cancelados por la operación reglamento de los 568 controladores que hay en el país y con la cual buscan cristalizar sus pretensiones laborales (ver infografía).
Los controladores se toman más tiempo para autorizar el despegue y aterrizaje de aviones. En las últimas semanas la demora por vuelo, que antes era de 33 minutos, aumentó una hora. Santiago Castro, director de la Aerocivil, dijo que los retrasos también se han dado por problemas meteorológicos, fallas mecánicas de algunos aviones y mantenimiento de pistas.
Según Hernán Pasman, director ejecutivo de LAN Colombia, esta compañía ha gastado más de 190.000 dólares adicionales en combustible desde el primero de enero, ha sufrido demoras de 40 minutos, en promedio, y en algunas ocasiones ha tenido que reprogramar y cancelar vuelos.
La situación es grave y el panorama no es esperanzador. Así lo reconoce Claudia Velásquez, directora de Atac, especialmente porque durante 13 fines de semana, del 17 de febrero al 14 de mayo, se ejecutarán obras de infraestructura en 13 aeropuertos, incluyendo Eldorado, en donde hay en promedio 70 operaciones por hora.
Allí, en esas fechas, funcionará solamente una pista porque la sur estará en proceso de repavimentación.
El mayor impacto -asegura Velásquez- se ha sentido en las rutas nacionales que en algún punto del itinerario tocan a Bogotá, cuya terminal aérea concentra el 42 por ciento de las operaciones internas de Colombia. "Si hay problemas en Bogotá, colapsa la aviación del país", explica.
De acuerdo con Velásquez, el problema se originó en la falta de balance que desde comienzos de siglo se ha presentado entre el aumento de rutas y aviones y el crecimiento de su infraestructura.
Esto se ha evidenciado no solo en el rezago en herramientas tecnológicas que permiten una operación más fluida, sino también en la poca cantidad de controladores. "Del 2000 al 2012 pasamos de tener 74.000 vuelos por año a 119.000 (45.000 más), mientras que la planta de controladores no ha cambiado mucho", afirma Velásquez. Ella cita un estudio contratado por la Aerocivil hace un par de años, según el cual a los cerca de 500 controladores es necesario añadir 300 más.
Los sobrecostos de las aerolíneas
Según Atac, el 80 por ciento de los sobrecostos de las aerolíneas corresponde al combustible. El resto está relacionado con gastos de hoteles y alimentación para tripulaciones y pasajeros, cuando se cancela un vuelo.
Juan Uribe
Redactor EL TIEMPO
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