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La Unidad Antiterrorismo de la Fiscalía destinó un grupo de investigadores para judicializar a redes que tendrían tentáculos en las Fuerzas Militares y que estarían vendiendo las municiones a guerrilleros, delincuencia común y bandas criminales.

"En los operativos realizados se ha detectado que las armas incautadas son fabricadas en distintos países, pero un porcentaje importante de la munición es de la industria militar nacional. Lo que queremos es cerrar esa fuente de suministro de balas", dijo una fuente oficial de la Fiscalía.

Las alarmas de la Fiscalía se prendieron hace un año cuando fueron capturadas 44 personas señaladas de hacer parte de una red que sacaba de los armerillos de unidades militares armas y municiones para vender en el mercado negro. En la investigación se estableció que la red vendía el armamento al frente 58 de las Farc.

La banda en la que estaban varios uniformados vendía a las Farc armas, granadas y municiones, que incluso habrían sido movilizadas en vehículos militares para finamente entregarlas a grupos ilegales.

El general en retiro Gustavo Matamoros, director de Indumil, dijo que actualmente las municiones fabricadas para el Ejército solo se pueden rastrear hasta las unidades militares a las que se entregan y después no es posible saber cómo fueron usadas.

Agregó que aunque tienen capacidad para  fabricar anualmente 65 millones de cartuchos, actualmente solo están produciendo lo que el Ejército va pidiendo. "Como medida de seguridad no tenemos grandes cantidades de munición almacenadas. En este momento, por ejemplo, no estamos produciendo munición", indicó el general Matamoros.

Agregó que para detectar quiénes estarían desviando armas y explosivos hacia los ilegales se comenzó a poner una marca serial a todas las granadas producidas por Indumil. Este proceso se inició con la asesoría de Brasil, hasta donde viajó una comisión especial del Ministerio de Defensa y el general Matamoros.

"Ese plan lo podemos estar ejecutando en seis meses, entonces sabremos con certeza cada bala disparada a qué persona del Ejército se le entregó", dijo el director de Indumil.

El Ejército reconoció en el 2005 que al menos el diez por ciento de las municiones y armas incautadas a la guerrilla habían sido fabricadas por la industria militar. Esa cifra trascendió tras la escandalosa perdida de cerca de 35.000 cartuchos de una bodega del Ministerio de la Defensa.

La Fiscalía empezará a rastrear las municiones fabricadas por Indumil y que incluso se logran conseguir hasta en la zona del cartucho en el centro de Bogotá.