Cuando era niño y corría detrás de un balón en las calles de Ibagué, James David Rodríguez no quería emular al Pibe Valderrama, a Freddy Rincón, a Faustino Asprilla, a los héroes de la Selección Colombia de mediados de los años 90.
Sus ídolos también eran futbolistas y salían en la televisión, corrían en jornadas eternas y una jugada de ellos para llegar al arco rival podía durar 30 minutos. El pequeño James quiso ser futbolista por culpa de los Supercampeones, una serie animada japonesa que se pasaba en capítulos por la TV, y su ídolo era Oliver Atom, el protagonista de caricatura...
Con el mismo número 10 del personaje de la serie, ahora es titular indiscutido de la Selección, marcó goles claves contra Perú y Chile y fue figura contra Uruguay. Es responsable, en gran medida, del cambio que volvió a meter a Colombia en la pelea por un cupo al Mundial.
"Tocaba comprarle una Pony Malta y un paquete de rosquillas para que se sentara a ver el programa". La frase es de Pilar Rubio, su mamá, quien ha sido, literalmente, pilar de su carrera.
Aunque es hijo de futbolista (su padre es Wilson James Rodríguez, el 10 de la famosa y recordada Selección Juvenil de 1985), no tuvo mucha relación con él. Su padrastro, Juan Carlos Restrepo, fue quien lo inscribió en la Academia Tolimense, cuando recién cumplió 5 años. A los 12, fue campeón de Ponyfútbol, en Medellín.
James se encontró con el entonces presidente de Envigado, Gustavo Upegui, quien rápidamente se lo llevó a su club. La familia completa se fue a Medellín. Envigado descendió ese año y a partir de ese momento, la carrera de James parece un guión escrito por el mismo autor de la de Falcao García: también jugó en la B (Falcao en Lanceros, James con los naranjas, con la diferencia de que este último fue campeón), luego dio el salto a argy (Falcao a River, James a Banfield) y, finalmente, ambos desembarcaron en el Porto portugués, donde sus carreras se cruzaron para ganar, hace un año, la triple corona: Liga de Europa, Liga local y Copa de Portugal.
"A James no le gusta perder. Ni siquiera en PlayStation, que es su otra pasión", dice su mamá. Pero no suele explotar con facilidad. Solamente una vez se salió de la ropa. Cuentan que en una final de la Liga Antioqueña con Envigado terminó expulsado. Se desquitó en el camerino con su hermanita, Juana Valentina: la empujó hacia un charco...
Tuvo que madurar con rapidez. En argy lo acompañó su padrastro un tiempo y luego su mamá, pero al final terminó casándose muy joven. El 24 de diciembre del 2010, a los 19 años, se esposó con Daniela Ospina, voleibolista y hermana de David, el arquero titular de la Selección. Ya estaba en el Porto. "Es un muchacho muy maduro. Gracias a Dios, en su matrimonio las cosas le han salido muy bien", explica la madre del jugador.
Es tímido y las palabras, en las entrevistas, le salen a plazos. Pero en la cancha no hay silencios: hay gritos de gol, como los que tienen a Colombia metida en la pelea por ir al Mundial y a James ratificado como un niño genio de apenas 21 años.
Cifras de James Rodríguez
15 años tenía en su debut: Primer y único partido que jugó en la A local fue con Envigado, el 10 de septiembre de 2006. Les ganó Quindío 1-0. Su DT era Hugo Castaño.
8 juegos con la Selección Colombia: Leonel Álvarez lo puso a debutar el 11 de octubre de 2011, contra Bolivia. Con José Pékerman lleva dos goles en cinco partidos.
Le faltaba un gol de tiro libre: Aunque desde que estaba en Envigado tenía un profesor para perfeccionar los tiros libres, no había podido marcar con la Selección; en Chile por fin lo logró. "Su papá también le pegaba bien. Eso también debe ser herencia. Estaba muy feliz", explicó su mamá.
José Orlando Ascencio
Subeditor de Deportes
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