Un monumento en las ruinas de Tortuguero, en México, habla del fin de un ciclo de 5.126 años que termina en la fecha ‘13 baktún - 4 ahau - 3 kankin’, que equivale al 21 de diciembre de 2012. No se sabe cómo ni dónde alguien dijo que ese día sería el fin del mundo. Y el caos se desató.
La posibilidad de que el mundo se acabe ha desatado desde burlas hasta intentos de suicidio, pasando por planes de supervivencia. (Lea: Fin del mundo, ¿paranoia, profecía o mentira?)
“Los seres humanos, por razones evolutivas, estamos obsesionados con el futuro”, asegura el director del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia, Jorge Zuluaga, quien es categórico al afirmar que no hay ningún evento natural capaz de acabar con el planeta.
“Cuando la tierra tenía 40 millones de años un cuerpo del mismo tamaño de la tierra chocó contra ella y ni siquiera eso la destruyó. Fue entonces cuando se formó la luna”, indica Zuluaga.
A la luz de la astronomía no hay ningún cuerpo acercándose al planeta y, en caso de que eso sucediera, podría preverse con anticipación: “Los astrónomos tienen todo el tiempo un ojo puesto en el cielo. Si un objeto fuera a impactar el planeta lo sabríamos con mínimo dos días de anticipación, y en minutos podríamos calcular la órbita del objeto, dónde chocaría –con una precisión de kilómetros- y a qué hora sucedería”, indica Zuluaga.
Y en el hipotético caso de que algo estuviera a punto de estrellarse con la tierra, por la distribución de territorio -hay más mar que tierra, y más sitios desiertos que ciudades- sería mucho más probable que cayera en el mar, en el desierto de Gobi o el del Sahara e incluso en la Amazonía.
“Y en caso de que fuéramos tan de malas que un objeto choca con la tierra, pues se necesitarían al menos 1.000 millones de impactos simultáneos para tener algo parecido a un fin del planeta”, sentencia Zuluaga.
Otros finales para el mundo
Pero no todo el mundo cree que el fin del mundo será por cuenta de algo que llegue del cielo. En todo el mundo se han unido personas fascinadas con la posibilidad de un apocalipsis zombie.(Lea: Cine catástrofe en tiempos del fin del mundo)
“Aunque sabemos que esta teoría proviene de la ciencia ficción en ‘son’ de entretenimiento, debo decir que hay personas que sí se creen la historia y se están preparando”, cuenta Xavier Aranzazu, empresario dedicado al género de horror y líder de la denominada ‘Marcha zombie’ en Medellín. (Vea una galería de fotos de refugios construidos por ciudadanos para protegerse del fin del mundo)
De hecho Xavier ha recorrido toda la ciudad dictando una charla sobre cómo sobrevivir al apocalipsis zombie, y no han sido pocos los que han asistido y continuamente le hacen preguntas sobre el tema. “Es un análisis de varios libros que hablan sobre cómo sobrevivir en casos de catástrofes”, explica.
Además de zombies, el fin del mundo –o algo parecido- también puede llegar de manos de los extraterrestres. Así lo creen los integrantes del movimiento raeliano, una congregación religiosa asentada en zona rural del municipio de San Vicente, en el oriente antioqueño.
Según explica su sacerdote, Óscar Orozco, los humanos tenemos hasta el año 2035 para “despertar nuestras consciencias” y poder obtener la salvación de los extraterrestres que nos crearon y que continuamente nos vigilan desde otro planeta. Cabe aclarar que, según las creencias raelianas, Dios y Jesús son solo dos de los extraterrestres responsables del planeta. (Lea: Lo que sucede no es presagio de un final absoluto, sino el fin de una era)
“Si en el 2035 no hemos despertado y no vivimos en armonía, los Elohínes (extraterrestres) vendrán por 140.000 personas que ya fueron seleccionadas desde antes de nacer y las salvarán; y dejarán que los demás se queden hasta destruirse como puedan”, agrega el sacerdote.
Una última opción de fin del mundo está considerada en un desastre nuclear. Sin embargo, en Colombia solo existe un reactor nuclear, controlado por Ingeominas, cuyo tamaño no es considerable si se compara con otros en el mundo.
En todo el planeta hay más de 440 instalaciones nucleares, y a lo largo de la historia se han registrado unos ocho accidentes de gravedad –magnitud semejante a la del desastre de Chernóbil- cuya afectación ha sido considerable, pero limitada por la geografía.
REDACCIÓN DIARIOADN.CO
ESCRÍBENOS A: contenido@diarioadn.co
Fuente