Ya no basta con arreglarse las uñas y pintarlas de un color. Ahora, a estas se le pueden poner accesorios como taches, diamantes, caviar, plumas y piercings; texturas como el terciopelo y el escarchado; toda clase de diseños (rayas, puntos, figuras, animal print), y hasta imprimir en ellas la fotografía que se quiera.
Se dice que la decoración de uñas se remonta al Egipto antiguo y que, no muy distinto a la actualidad, era sinónimo de elegancia. Ahora viene con una parafernalia de productos y procedimientos que lleva al maquillaje de las manos a un nuevo propósito: disfrutar con una bebida, tomar onces o celebrar con las amigas mientras se hacen los elaborados diseños, mejor dicho, todo un plan.
Aunque los esmaltes y los salones de belleza son elementos clichés para representar a las mujeres –así como una pelota de fútbol o los carros en el caso de los hombres–, lo cierto es que es un sector mayoritariamente femenino, por lo que no es sorpresa que hace unos meses Daniella Moscarella, cofundadora del nail bar (bar de manicura) We love nails, se ganara el Premio al Estudiante Emprendedor por su exitosa idea plantada en Bogotá.
Decenas de mujeres celebran allí diferentes eventos grupales, como cumpleaños, despedidas de soltera y reencuentros de amigas, con planes que incluyen desde cupcakes, cocteles y decoración del lugar hasta arreglos de pelo y servicio de limusina para recoger a más de diez personas.
We love nails fue el primero, en Colombia y Latinoamérica, pero ya no es el único que se especializa en este campo.
En Bogotá también está U.K nails spa, Blow dry (que también ofrece tratamientos capilares intensivos) y Nails & Co. Todos tienen una decoración adaptada para, como afirman sus administradoras, “compartir una tarde con amigas”.
“Se usan punzones, palitos de naranjo y hasta pinturas con imán, pero la mayoría de trazos se hacen a pulso y con pinceles ultra finos. Las manicuristas son unas artistas”, comenta Elizabeth Fuentes de Blow Dry.
Aunque muchas llegan con diseños que encuentran en Internet, la mayoría deja que la sorprenda con la creatividad de las que saben.
Un diseño sencillo puede demorarse media hora y los más complejos hasta hora y media. Los costos también varían. En algunos sitios arrancan en 12 mil pesos y de ahí para arriba.
U.k Nails Spa
“El ‘spa’ dedicado solo a las uñas en Bogotá”, dice Johanna Chipatecua, la administradora. Ofrecen dos protocolos cosméticos: ‘spa’ de manos y pies, y manicura y pedicura con parafina. Hay servicio de fiestas para niñas.
Carrera 14 n.º 77A-14.
Blow dry
Trabajan pelo y uñas. Para el primero, tienen tratamientos naturales para la recuperación capilar, además de todo tipo de peinados. Y el segundo piso es para hacerse las uñas. Cuentan con una máquina para imprimir en ellas la imagen que usted quiera (fotos, dibujos, paisajes) o lleve.
Carrera 14A n° 82-17
We love nails
“El fuerte de este ‘nail bar’, aparte de la carta de comidas, son los múltiples tipos de manicura: en acrílico, gel, permanente y accesorios como taches, diamantes, caviar, ‘piercings’, entre otros”, explica Daniella Moscarella, cofundadora del lugar.
Calle 81 n° 8-81
REDACCIÓN EL TIEMPO
Fuente