La historia de Lita Ford se puede dividir en varias que conviven de forma insólita y un tanto cinematográfica: el sueño erótico de miles de fanáticos del hard rock en los años 80, la madre divorciada que lucha por la custodia de sus hijos contra un hombre millonario y poderoso, y la estrella quincuagenaria que renace y sigue disfrutando del escenario como lo hacía desde que era adolescente.
Hace apenas una semana fue ella con su guitarra eléctrica, junto a Cherrie Currie -las dos integraron con Joan Jett la banda The Runaways, en los 70-, y en compañía de Slash, quienes celebraron el cumpleaños 50 del templo del rock Whisky a-Go Go, en West Hollywood, California. Era el gozo pleno del rock, un sonido al que tantos han querido dar por muerto y fracasan.
Ford, recordada por canciones como Shot of Poison, Kiss Me Deadly y Close My Eyes Forever, se presentará en Bogotá el próximo 26 de enero, en el Car Audio Rock Festival, que comienza este viernes, y que también reúne, entre otras bandas, a L.A. Guns.
“Menos mal se fueron (los años 90), debo decirlo: ¡Soy feliz de que la escena grunge se haya acabado! No era ‘mi taza de te’ ”, afirma la roquera, entre carcajadas, sobre aquella época en la que las bandas de hard rock de los 80 la vieron ‘negra’.
Fue con The Runaways, desde 1975, cuando Ford apenas tenía 16 años, como se abrieron las puertas para las bandas compuestas enteramente por mujeres. Y se presentaron en el Whisky a-Go Go por última vez en 1978: "Este fue un momento perfecto para reunirnos".
De ese entonces, cuando un productor reunió a esta adolescentes en semejante proyecto -que se disolvería ante los diferentes intereses de cada una-, recuerda que "fue algo loco, seguro. Cuando tienes 16 años, tienes muchas hormonas corriendo por el cuerpo. Ser una adolescente ya era difícil, y vivir con otras en una gira en una banda de rock, era una batalla ¡Éramos niñas! muy ingenuas, no sabíamos muchas cosas de la industria de la música, ni que había tantos tipos malos ahí afuera. Solo queríamos roquear y divertinos. El resto nos era escondido".
"Para mi era como ir a la universidad del rock and roll, para aprender a ser una estrella de rock y aprender de heavy metal", agrega Ford.
Luego, en los 80, influenciada por la guitarra de Ritchie Blackmore (Deep Purple), a quien llama "el mejor de los mejores", creó un estilo propio en su carrera como solista. Puso a las mujeres en el panorama heavy metal, aunque las feministas de la época la señalaban como otro estereotipo: la rubia deseable en ropa ligera.
“Había muchas mujeres que cantaban pero no interpretaban instrumentos. Ahora tienes muchas que lo hacen”, dice Ford: “Hice el trabajo duro y sucio, fui la que salió ahí afuera con un hacha –su guitarra B.C.Rich– y corté los árboles para hacer el camino. Y ahora todos lo caminan. Por eso estoy muy orgullosa”.
El dueto con Ozzy Osbourne en Close My Eyes Forever, publicado en su álbum Lita en 1988, fue un momento mágico en esa historia, recuerda Ford: “Ozzy es un personaje, pero también es un gran talento, y eso lo pude ver cuando hicimos esa grabación. Mike Chapman, el productor del álbum, nos puso a cantar frente a frente en el estudio, había un muro de vidrio transparente que nos separaba, así que nos veíamos a los ojos. Fue una experiencia única y agradezco a Dios por esa canción”.
Luego vino el rock alternativo, en los 90, que "fueron difíciles, pero yo empecé en 1975, así que para 1995, ya llevaba 20 años de gira, y estaba bien tomar un descanso, estaba lista", explica de lo que significó el mayor receso en su carrera.
Su imagen era clave como ícono del rock, y se hizo muy simbólica su relación con la guitarra: "Uso las guitarras B.C. Rich desde los 80, cuando se hicieron las primeras, y aún las tengo, llevaré un par a Colombia y las tocaré. Hay una cosa muy especial mía con las guitarras. Hay un sonido único que está casado con el heavy metal".
En su último álbum, Living Like a Runaway, que produjo por su cuenta, la roquera descargó toda la tensión del traumático proceso de su divorcio del productor Jim Gillette y canta letras singulares como Mother, en la que habla de ser madre en una situación así.
“Era lo que estaba viviendo en el momento y me dio confianza, me hizo sentir mejor –explica Ford–. Le habla a mucha gente porque el divorcio es terrible, no tiene que serlo, pero suele serlo, especialmente en EE. UU., donde el sistema legal usa a los niños como un argumento para hacer más dinero. Es asqueroso esto. Mientras intentaba pelear por mis hijos, vi cómo los destruían, y el padre quería que fuera de esa forma. Tenía la manera de comprar tantos abogados como quisiera, para pelear contra mí. Le peleé de vuelta con este disco, es un gran fuck you (jódete)”.
Hoy, cuando los íconos del rock renacen con el eco de internet, se declara feliz: “Los fanáticos aún están aquí, y hay una generación nueva de muchachos que veo desde el escenario (...) la otra vez, una niña de 9 años se abrió camino en esa nube de metaleros, saltó a la tarima, tomó mi micrófono y dijo “Kiss me deadly” (como su canción). Fue asombroso”.
L.A. Guns, en la edición 11 de Car Audio Rock Festival
La otra gran invitada de honor de este festival ue cumple 8 años y 11 ediciones, es la californiana L.A. Guns (la versión liderada por Steve Riley y Phil Lewis, sin Tracii Guns), que fue una de las bases de la célebre Guns and Roses.
Además, los grupos Salidos de la Cripta, La Leyenda de Oz, Tributo a Guns and Roses (el viernes).
El festival será los días 24, 25 y 26 de enero, en el Gran Salón de Corferias. Las boletas, disponibles desde este jueves en taquilla de Corferias, tienen un valor por día de 30.000 pesos en general y 45.000 en V. I. P.
Además de los conciertos, habrá muestra de audio para automóviles y ‘show’ de las Chicas Car Audio.
CARLOS SOLANO
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO
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