Martha Cecilia Ramírez, la congresista que cautiva a

Entre canción y canción, la representante a la Cámara por Antioquia Martha Cecilia Ramírez recorre los pueblos de Colombia cantando con su hermana Lucía y dando rienda suelta a su pasión por la música, la cual le surgió en casa de sus padres.
Como orgullosa paisa –nació en Santa Rosa de Osos (Antioquia)- proviene de familia numerosa y cuenta con felicidad cómo eran las tertulias musicales cuando su padre cogía la guitarra y todos comenzaban a cantar. (Vea aquí: La pasión por el canto de Martha Cecilia Ramírez)
Aunque por su sangre corre el amor por la música colombiana y los boleros, el público que la acoge en sus presentaciones le pide música popular y ya tiene un repertorio que incluye no solo ‘Ándale’ sino muchas otras canciones de este género.
“Llegaron a decirnos que cantábamos mejor que Las hermanitas Calle”, contó entre risas recordando sus épocas de estudiante de medicina.
¿Cómo nació esta vocación por la música?
Mi familia, como buena familia paisa, es muy extensa, somos 14 hermanos, mi mamá cantaba y mi papá tocaba guitarra, tiple y lira entonces crecimos viendo a los papás, todos los días, cantando y tocando música colombiana y boleros.
Mis hermanos mayores todos fueron aprendiendo a tocar instrumentos, incluso de oído, de manera empírica, no en institutos de formación musical. Hay habilidad musical en mi familia.
¿Usted canta sola o tiene algún grupo musical con su familia?
Desde los 6 años empecé a cantar a dúo con una de mis hermanas que se llama Lucía, cantábamos en las misas y en otras actividades sociales de mi pueblo Santa Rosa de Osos. Nos acompañaban siempre mis hermanos Eucario y Jorge, quienes son profesores de música. Mi otro hermano Reinaldo también se dedicó a la música y tiene algunos amigos con los que ha armado su grupo que se llama Ídolos de Colombia y son los que me acompañan en las salidas que hacemos.
¿Cómo eran esas tertulias musicales en casa de sus padres?
Alrededor de las seis de la tarde, cuando mi papá llegaba del trabajo, cogía la guitarra y empezaba a cantar y mi mamá lo acompañaba. En ese ambiente nosotros nos aprendíamos los coros. Nuestros hermanos mayores hacían grupo con mi papá y las hermanas menores hacíamos los coros. Siempre estuvimos cantando.
¿Esas reuniones familiares eran solo en casa de sus padres o las extendían a las fiestas con el resto de la familia?
Como somos tantos una fiesta familiar no requiere de muchos invitados de afuera (risas). Y de hecho ahora, cuando nos reunimos con mis hermanos, no prendemos equipo de sonido sino que cantamos y amanecemos en esto.
¿Y de niña también cantaba?
De niña tenía mi grupo de música infantil y creaba algunas canciones.
¿Y qué tipo de música es la que más le gusta cantar ahora?
Esencialmente hemos sido muy afectos por la música colombiana (los bambucos y los pasillos) y por los boleros. El público nos pide mucho que le cantemos música religiosa pero en otros escenarios le gusta mucho que cantemos música popular.
¿Y cómo le ha ido con este último género?
En 1992, cuando yo era estudiante de medicina, participé con mi hermana en un Festival de Música Popular y ganamos un concurso, entonces nos ofrecieron grabar un disco de música popular. Con decirle que llegaron a decirnos que cantábamos mejor que Las hermanitas Calle.
¿Y grabaron el disco?
No quisimos grabarlo porque la música popular no era lo que nosotras habíamos vivido en la casa y además estábamos dedicadas a otras cosas, mi hermana a la bacteriología y yo a la medicina, pero ahora es lo que más cantamos en los municipios.
¿Y qué canciones cantan?
‘El cristo de la pared’ no puede faltar, la gente siempre lo pide al igual que ‘Ándale’, ‘Mi negra se me ha ausentado’, es decir toda esa música popular viejita que es tan nuestra y tan paisa.
REDACCIÓN POLÍTICA
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