Un concierto une a Montería en una noche de ensue&nti
Bajo la sombra de los árboles del colegio de la Normal Superior de Montería, más de 50 niños de la Fundación Batuta y del barrio Casita Nueva miraban este viernes fascinados el espectáculo que les ofrecía la compañía Toom-Pak, un grupo español que hace música con objetos reciclados.
A pocos metros está el río Sinú; y en su centro, bajo 30 grados centígrados, más de 15 personas trabajaban en el montaje de ‘Retumba Sinú: Nuestro río, la inspiración’.
Se trata de un proyecto respaldado por EL TIEMPO y la Alcaldía de Montería, que se verá por primera vez en el país y que busca unir a Montería a través de música hecha a partir de basura.
“Lo único que ha hecho el río es dividir a la ciudad: margen derecha y margen izquierda. La idea es que Montería sea una sola, y lo único que la puede unir es ese mismo río que hoy la separa”, dice el alcalde, Carlos Eduardo Correa.
En el concierto, que empieza a las 7 p. m. este sábado, participarán 30 niños que asistieron a talleres que dictó durante dos días la compañía española.
Con elementos que hoy contaminan el río Sinú, como bolsas, balones, canecas y botellas vacías, Toom-Pak les enseñó a los menores –todos de estrato uno y muchos víctimas del desplazamiento– a crear sonidos.
Con 100 metros de distancia a cada lado, el escenario está en el corazón del río, mirando hacia el puente Nuevo Centenario, desde donde este sábado todos los monterianos podrán apreciar el espectáculo, que también incluirá juegos pirotécnicos.
Lo sostienen tres grandes canoas que resisten, cada una, cuatro toneladas de peso y está fijado con anclas y varas de 15 metros de alto.
Los recursos técnicos para esta producción vienen de Medellín, pero el escenario fue construido por 10 artesanos de la región.
Miguel Ángel, integrante de Toom-Pak, dice estar muy emocionado porque nunca han hecho ni visto una presentación así, en el centro de un río. “Esto va a ser algo nuevo. Creo que lo ha hecho poca gente o nadie. Estamos emocionados porque va a ser algo espectacular”, dice.
EL TIEMPO
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