Dieciséis días después del asesinato de las hermanas Sandra Patricia Rocha y rika Muete Rocha, de 14 y 7 años, frente a su vivienda del barrio Bellavista de Kennedy, sur de Bogotá, la Policía capturó a los presuntos autores del hecho que causó conmoción en la ciudad.
Se trata de Camilo Valencia Palacio, de 19 años, y de un menor, de 17, ubicados en el barrio Diana Turbay de la capital y en el municipio de Sasaima (Cundinamarca), respectivamente.
La investigación tomó su rumbo final a partir de una llamada que un ciudadano anónimo hizo a la línea 123 el pasado martes.
Ese hombre aseguró que, un día antes del crimen, la Policía había aprehendido a un menor de edad en la localidad de Rafael Uribe Uribe por posesión de estupefacientes. Sin embargo, advirtió que había serios indicios de que él era uno de los autores del homicidio de las dos niñas, registrado a las 7 de la noche del pasado 21 de junio.
El grupo de la Sijín asignado al caso se desplazó hasta el lugar -con retrato hablado en mano-, en donde encontraron una similitud del 90 por ciento con ese muchacho.
Ese mismo día, el menor fue trasladado a un centro de rehabilitación para consumidores de droga, en Sasaima (Cundinamarca).
El miércoles, una nueva llamada entró a la línea 123. Un hombre aseguraba que otro joven había sido detenido por posesión de marihuana en el Rafael Uribe.
"Comparamos al joven (Camilo Valencia) con el otro retrato y la similitud superaba el 90 por ciento", señaló el capitán Gavino Gamboa, jefe de la Unidad de Homicidios de la Sijín. No obstante, Valencia fue puesto en libertad porque la droga que llevaba no superaba la dosis mínima.
Una vez obtenidas las órdenes de un Juzgado de Menores, para el caso del adolescente, y la emitida por un fiscal con autorización de un juez, para el mayor de edad, la Policía inició operativos simultáneos a las 7:30 p.m. del jueves.
Una fuente allegada al caso le dijo a EL TIEMPO que este joven comentó en el momento de su captura que había cometido el doble crimen por un error, ya que su objetivo era asesinar a otras personas.
"Este caso tiene que ver con estructuras del microtráfico que delinquen en el sur de Bogotá, y en el que las dos menores víctimas no tenían nada que ver", dijo el general Francisco Patiño, comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá.
Otro de los investigadores del caso señaló que al parecer, los dos autores del hecho estaban bajo la influencia de sustancias psicoactivas en la noche del asesinato.
En la audiencia, Valencia solo aceptó el cargo de porte ilegal de armas y no el de homicidio agravado, delito por el que podría pagar más de 35 años de cárcel.
REDACCIN BOGOTÁ
Fuente