Tras el asesinato de Carlos Arturo Ospina Córdoba, hijo de la exlíder de los reclamantes de tierras del Urabá antioqueño, Ana Fabricia Córdoba, también asesinada en el 2011, líderes de restitución exigieron al Gobierno que garanticen su seguridad e integridad.
Carlos Arturo fue asesinado el pasado sábado en el sector de Naranjal, centroccidente de la ciudad, donde trabajaba como lavador de carros.
“Es lamentable que se sigan presentando estos hechos en la familia Córdoba. El 17 de noviembre mataron a Gildardo Padilla (líder reclamante de tierras), después de haber asesinado a siete de sus familiares”, expresó Gerardo Vega, director de la fundación Forjando Futuros.
A su juicio, esto crea temor porque “nadie se va ir a reclamar para que lo maten” y “si no se desarticulan estas bandas, estamos condenados a que la restitución decaiga y el proceso fracase”.
Y añadió: “hay poca tierra devuelta y muchos muertos; mucho trámite y pocas restituciones”.
Sin embargo, Andrés Villamizar, director General de la Unidad Nacional de Protección, aseguró el lunes que el hijo de Ana Fabricia “no ejercía ningún tipo de liderazgo asociado con la reclamación de tierras” y no se encontraba adelantando ningún proceso formal ante la Unidad de Restitución de Tierras.
A través de un comunicado de prensa “rechazó rotundamente” el crimen y aclaró que Carlos Arturo “no había reportado a esta Unidad amenazas en contra de su vida o integridad, razón por la cual no era beneficiario del programa de protección”.
La Policía tampoco tenía conocimiento de que estaba amenazado.
De acuerdo con cifras de Acnur y la Comisión Colombiana de Juristas, este año han sido asesinados 8 líderes de tierras.
REDACCIÓN MEDELLÍN
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