Siguen las críticas por la ceremonia de inauguraci&oa
Primero fue en las redes sociales, pero paulatinamente el debate ha ido tomando forma y, como si se tratara de una bola de nieve, la polémica llegó a las emisoras radiales. Se trata de la cuestionada ceremonia de inauguración del mundial juvenil de fútbol que comenzó Colombia el pasado viernes.
Dos preguntas quedan en el ambiente: Qué falló? y quiénes son los responsables? La W trató de encontrar respuestas a estos interrogantes y en la búsqueda encontró que las fallas sí están identificadas, pero a la hora de determinar las responsabilidades las culpas se diluyen, porque nadie quiere aceptarlas.
Sergio Vargas, representante de la empresa que se encargó de la producción técnica, sostuvo que el acto inaugural se vio afectado por la temporada invernal que vive Colombia y que dejó sin fluido eléctrico a las bombillas ubicadas en los sectores norte y sur del estadio Metropolitano de Barranquilla.
Vargas añadió que por esta razón sólo se pudo observar un 75 por ciento del escenario y algunos aspectos puntuales de la puesta en escena. Reveló que en el algún momento se consideró suspender el evento por las condiciones climáticas y reiteró que se realizaron varios ensayos, para no improvisar.
A su vez, Alex Rincón, director de la transmisión, aseguró que su equipo estuvo apegado al storyboard y que en la mayoría de los casos se prefirió hacer planos cerrados para no mostrar un espectáculo pobre, con muchos vacíos sobre el terreno y con una iluminación deficiente.
Rincón dijo que se utilizaron 14 cámaras, una grúa y la mejor tecnología para hacer el registro del evento. Sin embargo, la directora de coreografía, Rosana Lignarolo, sugirió que se llevaron equipos para transmitir un partido de fútbol y no para un acto inaugural.
Lignarolo aseguró que fue la producción técnica la que dañó su trabajo con unos 2.000 artistas y que una experiencia similar vivió durante el acto que preparó para la Copa América que celebró Colombia. Aún así, Camila Chaín, de La W Radio, reclamó que en la coreografía se haya incluido a personas con sobrepeso o con disfraces regulares.
Las fallas están identificadas: mala iluminación, una pobre presentación y una coreografía que divide a la opinión y una decepción mayoritaria, porque se perdió una oportunidad de brindar al mundo un espectáculo en el que varios reclamaron a Shakira, Juanes o Carlos Vives.
Y la responsabilidad: como el ping-pong, cada uno de los participantes señala al otro, pero sin una respuesta concluyente. El temor, ahora, es que el acto de clausura se repita esta historia que para muchos fue el primer autogol que se anotó Colombia en el segundo certamen más importante que tiene la Fifa.
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