En abril de este año, no pocos lectores de la revista Time en Internet debieron quedar sorprendidos, cuando el sondeo que realiza cada año la publicación para escoger a la persona más influyente del mundo no fue ganado por Barack Obama (que ocupó un modesto lugar 46) ni por Julian Assange (puesto 13), sino por un cantante juvenil.
Pero muchos más debieron quedar atónitos al saber que la estrella que lideró el sondeo, con más de 400.000 votos, no fue Lady Gaga (número 12 en el escalafón) ni Beyoncé (sexta): fue el cantante surcoreano Rain, una de las figuras del K-Pop, el género que pone a millones de jóvenes de todo el mundo a cantar y a bailar como lo hacen en Corea del Sur.
El K-Pop (abreviatura de Korean Pop) es una mezcla de música electrónica, hip-hop, rock y rhythm and blues, asociados con elaboradas coreografías grupales, atuendos y peinados de última moda, más occidentales de lo que se podría esperar de las decenas de grupos y solistas que llegan de la mano de la sofisticada tecnología coreana.
Su expansión por el mundo no es gratuita: es en realidad un producto de exportación auspiciado por la industria privada y, según la BBC, generó ventas globales por 30 millones de dólares en el 2009 y el doble en el 2010.
"El K-Pop hace parte de la ola coreana, una tendencia musical, cultural y gastronómica, que involucra también moda, belleza y telenovelas o doramas (dramas coreanos). Es un fenómeno que ha servido para exportar las raíces surcoreanas y al que las empresas líderes del país asiático han apoyado en su masificación global", reconoce Paola Niño, gerente de marca de la firma LG.
Luego de afincarse en Asia y Europa, este género se esparce por América como un virus, y en Colombia ya cuenta con numerosos seguidores. Grupos de adolescentes ensayan las coreografías y en eventos como la Feria del Ocio, realizada en Bogotá la semana pasada, participaron de un flashmob, una reunión espontánea convocada por redes sociales para dar a conocer la música y su interés en la misma.
Son fanáticos (sobre todo, fanáticas) de artistas como Rain y grupos como Shinee, Infinite, F.T.Island y Girls Generation, y sueñan con verlos alguna vez en directo y no solo en videos de Youtube. "Queremos que los artistas coreanos sientan un llamado para incluirnos en sus giras de conciertos", afirma Carolina Sánchez, de 16 años, que en los tiempos del K-Pop firma como Karito.
Para ellos, las empresas coreanas en Colombia han organizado concursos como Tú también eres K-Pop, que busca llegar a más de 15.000 estudiantes, con visitas a colegios en Bogotá, Cali y Medellín, en los que se promueven pruebas de canto y baile.
Los émulos de Rain pueden inscribirse en Bogotá para una ronda eliminatoria este sábado, en Cali el 29 de octubre y en Medellín el 5 de noviembre. El espacio en Facebook del concurso Tú también eres K-Pop ya cuenta con 3.500 seguidores, en menos de un mes, así que la próxima vez que oiga hablar de K-Pop no piense que se trata de un cereal o una marca de palomitas de maíz. Es más serio de lo que parece.
El número 1
Rain, embajador de la música asiática
Jeong Ji-Hoon nació en Seúl, Corea del Sur, en 1982. Empezó en la música con la banda Fanclub. Debutó en el 2002 con su canción Rain y su primer álbum fue Bad Guy. Tiene su propia marca de ropa: Six to Five.
Incursionó en el cine y ha protagonizado películas como Ninja Assassin, de los hermanos Wachowski.
A toda marcha
Este año, el grupo Big Bang, con su álbum Tonight, se convirtió en el primero del género en ubicarse dentro de los 10 más vendidos por la tienda digital iTunes en Estados Unidos y es el único de habla no inglesa entre los 100 primeros.
* Con información de Marisol Ortega Guerrero, subeditora de Temas Especiales de EL TIEMPO.
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