Por sus venas corre el arte carnavalero. No le avergüenza decir que es un artesano empírico; por el contrario, lo afirma con abnegada humildad.
Sigifredo Narváez es un pastuso que le ha dedicado casi toda su vida al tradicional Carnaval de Negros y Blancos que se realiza cada año. Ha pasado 62 de sus 70 años dándoles forma a las gigantescas carrozas que recorren las calles de Pasto.
“Yo soy empírico, no soy graduado de ninguna universidad. Mis hermanos me enseñaron el arte desde pequeño”, dice mientras elabora una de las figuras que componen la carroza que presentará en el desfile de cada 6 de enero.
Entre las satisfacciones que Sigifredo está un sinnúmero de premios. Su primera carroza, que elaboró solo en 1951, fue el comienzo de muchos galardones. Con ella obtuvo el primer lugar en el Carnaval.
“Fue la base para seguir participando. Eso me dio mucho aliento y pensé que podría ser un buen comienzo”.
En esa ocasión se ganó mil pesos, “en ese tiempo era un buen billetico, cuando la plata alcanzaba para todo”. Ahora, el ganador recibe 25 millones de pesos.
Cuando habla de su cosecha de premios, menciona 8 primeros lugares, 12 segundos puestos y algunos terceros, “pero nunca me he quedado sin recibir nada”.
Sus trabajos no solo han paseado por las maltrechas calles de la capital de Nariño; también han desfilado por las vías de Bogotá, Cartagena, Barranquilla y hasta por provincias de Ecuador.
Y aunque su trabajo le ha dado muchas alegrías, cuestiona la falta de apoyo que han tenido quienes se han dedicado a este oficio.
“El artesano no tiene salud, no tiene vivienda, no tiene mayores garantías. A mí lo que me gusta es que reconozcan mi trabajo, estoy lleno de diplomas, de menciones de honor, de placas, pero de efectivo, nada”, afirma.
Según él, hacer una carroza cuesta 25 millones de pesos y Corpocarnaval les ayudó este año con 15 millones. “Pero los entregan con cuenta gotas, uno necesita el dinero para trabajar y nos dicen que pidamos prestado. Y desafortunadamente así no son las cosas”.
Su taller, una escuela
Su taller, ubicado en el tradicional sector del Río Blanco, está lleno de figuras de todos los tamaños y colores. Dice con orgullo que este se ha convertido en una escuela no solo para sus hijos, sino para amigos.
“De aquí han salido varias personas directamente a representar su trabajo y les ha ido muy bien, gracias a Dios”, dice.
Las técnicas que los artesanos emplean en sus carrozas han evolucionado. Del barro con papel maché con cola y yeso se ha pasado en los últimos diez años al icopor. Aunque Sigifredo prefiere la tradicional, confiesa que combina las dos para darles vida a sus enormes obras. Además, han involucrado en sus trabajos las figuras con movimiento.
Su obra para este año
Inti Raymi, la obra que va a presentar este año y está conformada por 16 figuras de 6 metros de alto y lleva trabajando en ella cuatro meses.
“Se trata de evocar una fiesta del sol que se realiza en Ecuador, Perú y México. Es un festejo de los campesinos al empezar una nueva siembra”, explica.
‘La senda ya se quedó corta’
¿Como artesano empírico no tiene nada que envidiarles a los que pasaron por una universidad?
Gracias a Dios, no, porque yo también he estudiado.
¿Qué críticas le haría al Carnaval hoy?
Pasto es una ciudad grande y la senda ya se quedó corta. Se debe pensar como se hace en Brasil, Estados Unidos, Italia o Francia, en donde las carrozas transitan por grandes avenidas. Además, es hora de que Corpocarnaval piense en instalar hangares o bodegas especiales en las que podamos elaborar nuestras carrozas.
No debe ser fácil para los artesanos tener que trabajar duro mientras el resto de la gente juega y disfruta en las calles y avenidas...
Nuestro afán es que la gente se divierta y se lleve una buena impresión para que regrese.
¿Qué les recomendaría a las nuevas generaciones de artesanos que en un futuro van a reemplazar a los veteranos como usted?
Que aprendan el oficio como es, que el trabajo sea digno de presentarlo. También tienen que investigar mucho, pues no todo es hacer un muñeco y echarle bastidores. No, tienen que hacer cursos y pensar en montar escuelas del carnaval.
MAURICIO DE LA ROSA
ESPECIAL PARA EL TIEMPO
PASTO
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