Los rostros de los artesanos y comerciantes de la tradicional Feria del Sombrero, que se ubica año tras año alrededor del estadio de fútbol Romelio Martínez, no reflejan comodidad. La razón del malestar serían las bajas ventas de esta temporada y la supuesta incursión al mercado de disfraces carnavaleros de origen chino.
“Durante enero y los primeros días del mes en curso algunos negocios del Centro vendieron, como pan caliente, disfraces de Carnaval que vinieron de China. Esos atuendos costaban entre 10 y 15 mil pesos, un valor que nos tumbó nuestra oferta, la cual oscilaba entre los 50 y 70 mil pesos”, expuso Shirley Dágera, una de las artesanas afectadas.
Una vocera de los almacenes Estreno y Surtidora de Confecciones, dos de los más reconocidos en el Paseo Bolívar por la venta de ropa, indicó que en sus casos particulares no han comercializado disfraces de origen asiático. “De Carnaval solo hemos vendido camisetas estampadas con motivos básicos”, explicó.
Los disfraces clásicos (monocuco, garabato, cumbiambero), serían, según los artesanos, los que más están manufacturando en China.
“Como los hacen en procesos industriales lineales resultan más baratos, pero los acabados y la calidad de la tela no tienen comparación con los que ofrecemos los artesanos”, expuso Brayan Montoya, un comerciante de 18 años, quien asegura que esa situación ha representado un golpe bajo en las ventas.
Más allá de la problemática, las asociaciones de artesanos indicaron que de este fin de semana en adelante se espera que las ventas despeguen, sobre todo los días u horas en las que la comunidad descansa o está en familia.
Los comerciantes temen que en unos 20 años los utensilios y atuendos de Carnaval sean traídos en exclusiva desde China y que el valor por lo propio se pierda, solo por ahorrarse unos pesos.
Una solución que proponen los artesanos a lo que amenaza con ser una invasión de productos orientales en las carnestolendas es que se vendan a precios unificados, y que la gente elija cuál comprar, para que así haya una competencia sana.
El año pasado hubo polémica en las calles de la ciudad por sombreros ‘vueltiao’ que venían del continente asiático y se caracterizaban por costar 5 mil pesos. También causaron mucho revuelo unas máscaras de marimonda que tenían la forma de los ojos con rasgos orientales. Esta última fue rechazada por toda la comunidad, pero el sombrero fue bien recibido por la crítica, sobre todo por su economía.
Daniel Escorcia Lugo
REDACCIÓN EL TIEMPO BARRANQUILLA.
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