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 El ingreso  palestino como miembro pleno de derechos a la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) desató el descontento de Washington.

"Teníamos que hacer un pago de 60 millones de dólares a la Unesco en noviembre y no lo vamos a hacer", dijo la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland. 

La Casa Blanca afirmó que el ingreso de los palestinos a la Unesco es "prematura" y "contraproducente", palabras que en la sesión plenaria utilizaron los representantes estadounidenses ante ese organismo. 

Estados Unidos -que se retiró de la Unesco en 1984 argumentando que no estaba de acuerdo con la gestión de ese organismo, al que regresó en el 2003- cumplió su amenaza de cortar su aporte económico al organismo -22 por ciento del presupuesto bianual-, que asciende a 653 millones de dólares.

El reconocimiento de Palestina fue considerado como un reconocimiento diplomático histórico al ser aceptada como Estado miembro de pleno derecho gracias al voto de 107 de los miembros del organismo.

Otros 52 Estados, entre ellos Colombia, se abstuvieron de aprobar la petición.

"No es más que el principio de un camino duro y arduo que nos llevará a nuestra liberación", declaró el ministro palestino de Exteriores, Riyad al Malki, quien consideró que el simbólico reconocimiento es "la expresión de esa gran solidaridad mundial con la causa palestina".

Según Malki, el paso de Palestina de observador a Estado de pleno derecho, pese al rechazo de Israel, EE. UU. y Alemania, entre otros, es la coronación de un esfuerzo iniciado en 1989, cuando los palestinos hicieron su primera solicitud de ingreso a la Unesco.

Es además un avance "independiente", dijo, de la candidatura que el presidente palestino, Mahmud Abbas, interpuso en Nueva York el pasado 23 de septiembre para intentar lograr la adhesión palestina a la ONU. Esa decisión será examinada el 11 de noviembre por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El paralelismo de ambas decisiones es casi ineludible, aunque una diferencia es que en la Unesco solo se requiere una mayoría de dos tercios y no hay sistema de veto, como en el Consejo de Seguridad.

París (EFE-AFP)