Un crucero con 590 turistas, la mayoría europeos y estadounidenses, y 411 miembros de la tripulación se encuentraba este sábado a la deriva en aguas de Filipinas tras producirse en los motores un incendio, que causó cinco heridos, uno de ellos en estado de salud grave.
El fuego se originó el viernes por la noche en la sala de máquinas del crucero Azamara Quest, de propiedad de la segunda compañía de cruceros más grande del mundo, Royal Caribbean, cuando navegaba por el Mar de Joló, entre Manila y la ciudad de Sandakan, en el estado malayo de Sabah, informaron los medios locales.
Las autoridades filipinas enviaron una avioneta y un barco para ayudar al navío, con bandera de Malta, en la reparación de sus motores para que pudiera así proseguir hasta Malasia, donde se confirmó que se interrumpirá el resto del trayecto. En estos momentos, el barco avanza lentamente hacia su destino en malasia, para atender a los heridos que hacen parte de la tripulación.
Azamara Club Cruises, la compañía propietaria del barco siniestrado, señaló el incendio no afectó a los pasajeros.
"Un miembro de la tripulación está herido seriamente y requiere atención médica urgente en un hospital. Una vez que el barco llegue a Sandakan, será transportado a un hospital local", indicó la naviera en su página web.
La empresa también informó que pudieron arreglar uno de los motores que fue utilizado para mantener el aire acondicionado, el agua corriente y el servicio de cocina, antes de reanudar la marcha del gigante del mar, de 30.277 toneladas.
El Azamara Quest partió el 26 de marzo de Hong Kong y tenía previsto llegar a Singapur el 12 de abril, tras parar en Manila, Sandakan y los puertos indonesios de Palapo; Benoa, en Bali; Semarang y Komodo.
El sector de los cruceros está viviendo un año difícil, tras los accidentes del Costa Concordia, que naufragó frente a las costas de Italia y dejó 32 muertos, y el Costa Allegra, que encalló en aguas del Océano Índico, con más de mil personas a bordo.
MANILA, EFE
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