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Jhon Frank Pinchao habla sobre la liberación de sus c

NotaPublicado: Mar, 03 Abr 2012, 16:19
por lb
Jhon Frank Pinchao habla sobre la liberación de sus compañeros

El 28 de abril del 2007 empezó toda una aventura de 17 días hacia la libertad. Esa noche, el intendente de la Policía Jhon Frank Pinchao, luego de romper la cadena que llevaba atada al cuello, y con la ayuda de ngrid Betancourt y Luis Eladio Pérez, escapó del campamento donde permanecía secuestrado. Cinco años después y ad portas de la libertad de sus excompañeros de cautiverio, le contó a EL TIEMPO cómo es la vida lejos de la selva.


Cuándo estuvo nuevamente debajo de una ducha después de ocho años y medio de secuestro?


Eso fue el 15 de mayo, en el hospital de la Policía, cuando regresé a Bogotá. Lo recuerdo porque no sabía manejar la puerta y se me salió toda el agua. Ese día sentí que lavaba el dolor de tantos años.


Cómo fue el último día de fuga?


Yo me escapé solo y encontré la libertad solo. Cuando llegué a Pacoa (Vaupés) los Jungla de la Policía estaban a punto de irse y gracias a Dios una lluvia los detuvo. Sin embargo, el mayor recuerdo que tengo de ese día es la impotencia en la que quedé al no poder regresar por los otros secuestrados. Antes de recibir el abrazo de la libertad, los policías verificaron muy bien que yo sí era Pinchao.


Cuándo se sintió libre realmente?


Cuando llegué a Bogotá y pude ver a mis padres. Yo no sabía qué podía pasar en el vuelo. Y el primer sitio a donde llegué fue Mitú, donde había sido secuestrado. El choque emocional fue muy duro. Era mi libertad y de primerazo me encuentro con la causa del secuestro. Fue duro.


Qué pensaba en esas horas previas a la libertad?


En todo momento tenía la idea de que íbamos a regresar por los secuestrados. Cuando ya asumí que no se podía hacer, pensaba en mi familia porque además, en medio de la espectacularidad del momento, lo que menos se atiende es a la familia. Los medios están encima, hay que hablar con los mandos, el Presidente, el médico... y la familia queda relegada y es lo que más quiere uno tener al lado.


No se llega preparado...


No. Esto es un boom publicitario, y con ngrid y Luis Eladio habíamos hablado de eso en cautiverio. Era consciente de que la libertad sería noticia de un día, porque la tragedia la empatarían con las piernas de la presentadora, y así se maneja. Pero asumirlo también es difícil.


Se siente presión?


Pertenecemos a una institución jerarquizada, y uno asume que debe cumplir órdenes y no se reflexiona. En esta profesión se da prioridad a la acción y empiezan las órdenes: vaya a tal lado, hable con tal, dé esta entrevista, y uno se siente comprometido a cumplir las funciones y lo hace en cumplimiento de una orden y no por voluntad real.  (Lea más noticias sobre liberaciones de secuestrados)


En qué momento se asumió como usted mismo?


Solo cuando estuve solo. Fue después de muchos meses, cuando salí en comisión a Chile y estaba despojado de todo y tuve que reasumir las riendas de mi vida. En cautiverio uno pierde la autodeterminación hasta para comer. Fueron ocho años y medio en los que me manejaron la vida, lo mismo que semanas después del secuestro.


Qué pasó con usted después del secuestro?


Seguí y sigo en la Policía. Ese año en comisión conocí gente, me reencontré con mi yo, traté de reconstruir mi vida. Tuve problemas para interrelacionarme con otras personas, me volví irascible... hay muchas cosas que me sacan de quicio. Se encuentra uno con situaciones que pueden ser simples, pero no las soporta. La gente creería que por haber estado en una situación de máxima tolerancia, todo es más fácil.

Cómo reacciona?


Uno estalla con los que menos tiene que hacerlo. Con las personas más cercanas y las que le brindan más apoyo. No debería ser así, es inexplicable. Y el acompañamiento siquiátrico se reduce a dos o tres citas al inicio de la liberación. Luego de la valoración, termina el proceso siquiátrico. En cuanto al sicológico, son tres, cuatro semanas y ya. Luego el proyecto de vida depende de uno: voltear la página y seguir.


Y después?


Uno no se puede quedar en el plano de víctima porque eso implicaría que los demás lo carguen. Por eso hay que tener un proyecto claro.


Qué le falta para estar satisfecho?


Para sentirme completamente bien, creo que retirarme de la Policía. En la parte personal, me siento satisfecho con lo que he hecho. Quise ser policía, y estoy en la parte final de mi carrera y soy feliz, pese al secuestro. Estoy muy agradecido con mi institución porque me ha dado muchas cosas y oportunidades, pero pienso que ya hice lo que tenía que hacer y debo buscar nuevos horizontes.


Cómo se ve entonces a futuro?


Me gustaría dar charlas de motivación para decirle a la gente que no tenemos límites, que pese a las dificultades, siempre tenemos caminos por recorrer y nuevas cosas para construir. Uno solo se pone los límites.


Qué les espera a los 10 hombres que hoy empiezan el camino hacia la libertad?


Inicialmente miles de promesas, como les ha sucedido a muchos excompañeros de secuestro. Y faltará ver de todas esas promesas cuáles se materializan. Espero que, como la mayoría de nosotros, tengan oportunidades. Son muchos aspectos que se mezclan. (Lea acá noticias sobre policías secuestrados)


Dicen que en el grupo de exsecuestrados hay muchos problemas como depresión y alcoholismo...


Así es. Muchos ocultan sus problemas sicológicos y siquiátricos para garantizar su permanencia. Algunos han sido destituidos, como el patrullero Mercado, que ahora está vendiendo arepas en una calle de Urabá. Por eso la respuesta siempre es: todo está excelente.


Qué capítulo empieza a cerrarse hoy con las liberaciones?


Un capítulo oscuro de la historia colombiana. Pero a la vez, este capítulo abre otro y es el de la esperanza, el de la reconstrucción de la paz. Esperemos que esto sea augurio de un nuevo proceso real, y que los jefes de la guerrilla vean esto con otros ojos para entablar unos diálogos de paz serios.


El secuestro le dejó amigos verdaderos?


Uno. César Augusto Lasso Monsalve, que está a pocas horas de regresar a la libertad.


Cómo puede resumir los 17 días de fuga en la selva?


Dar la vida por la libertad.


El reencuentro con la realidad


Qué pasa después de que termina el espejismo de los dos primeros días del regreso?


Después de todo, solo queda la familia, nada más. Ellos son el apoyo hasta el último minuto.


Cómo es un día normal en libertad?


Uno de los principales inconvenientes es el sistema digestivo: reacostumbrar el organismo a los alimentos. Luego, el ruido de los aviones, porque en los campamentos ese ruido significaba peligro, bombardeo, ametrallamiento. Cuando se está desprevenido y los escucha, lo primero que se hace es levantarse para buscar las cosas. Lo mismo que portazos y los gritos. Hay situaciones que persisten y nunca se pueden superar.

JINETH BEDOYA LIMA
Subeditora de Justicia



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