Cuando salir del clóset cuesta 5.000 dólares
El trago más amargo que Tino Chikuni ha tenido que probar por ser gay en su país son los castigos físicos a los que era sometido por las profesoras del colegio. "El miedo de que te pase algo en Zimbabue es tan fuerte que hasta mi mamá quiso que yo saliera de allí", cuenta desde Puerto Elizabeth, la ciudad sudafricana que le dio refugio a principios de este año y donde hoy es estudiante de Derecho.
Tuvo suerte. Es alto el precio que hay que pagar por salir del clóset en ese país africano. Según la ley zimbabuense, la homosexualidad es ilegal y está tipificada desde el 2006 como sodomía: cualquier acto que incluya contacto sexual entre dos hombres. Pueden ser encarcelados durante un año y penalizados con multas de hasta 5.000 dólares. El mismo presidente, Robert Mugabe, ha declarado en público que los homosexuales son peores "que los perros y los cerdos". También ha insistido en que viola los derechos de las mujeres y lleva hacia una eventual extinción de la especie.
"No puedes tomarte de la mano o abrazar a tu pareja en público. Si te ven, te pueden atacar, en especial en las zonas rurales", relata Chikuni. En unas vacaciones, llevé a un amigo sudafricano a Zimbabue y lo vieron agarrado de la mano con su novio. La policía lo arrestó y lo tuvo en una celda hasta el día siguiente".
Lo paradójico en ese país es que las lesbianas no son perseguidas por la ley. "En África no es vista igual la homosexualidad entre hombres y mujeres. Algunas comunidades tienen prácticas históricas en las que las mujeres tienen relaciones sexuales entre ellas o donde una mujer es la encargada de quitarle la virginidad a otra", dice Jerónimo Delgado, coordinador de Estudios Africanos de la Universidad Externado de Colombia.
En su informe de este año, la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (Ilga, por su sigla en inglés) calificó a África, "de lejos", como el continente con las "peores leyes" para salir del clóset.
En Uganda, una polémica ley que propone ahorcar a los homosexuales se cayó en su trayecto al Parlamento pero fue modificada para criminalizar el activismo de las organizaciones LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). Según Jacques Rothmann, experto en estudios de género de la universidad sudafricana de North-West, aunque la ley aún tiene un largo camino para ser aprobada, el daño quedó hecho. "Un periódico identificó en sus páginas los rostros y nombres de varios gays, y muchos de ellos fueron victimizados", cuenta.
Según el reporte de Ilga, en los últimos tres años ha habido un aumento de migrantes LGBT que escapan de sus países debido a la persecución. Este mes, el punto de ebullición en Zimbabue fue tal que policías irrumpieron en la reunión de la única ONG de la comunidad gay del país y detuvieron a 44 de sus miembros. Los agentes alegaron que buscaban material que "insultara la autoridad del Presidente".
A pesar de las restricciones en algunos países, surge una luz de esperanza para esta comunidad. A principios de mes, Uganda realizó el primer desfile gay de su historia. Para Chikuni, todo empieza en casa, y el simple hecho de que sus padres hayan aceptado su sexualidad es un triunfo. "Antes, mi papá ni siquiera me dejaba ir a la iglesia, me veía como un demonio".
Sudáfrica saca la cara por los LGBT
Sudáfrica, que sufrió un fuerte régimen segregacionista, hoy tiene las leyes más agresivas del continente a favor de la comunidad LGBT. En el 2006, incluso se les dio derecho al matrimonio. El país "es uno de los pocos que tienen la prohibición de segregación por orientación sexual en la Constitución", dice Jerónimo Delgado, de la U. Externado.
REBECA LUCA GALINDO
Redacción Internacional
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