Sebastian Vettel, el nuevo icono de la Fórmula 1
Sebastián Vettel es de esos deportistas elegidos, señalados, que expelen talento, de los que serán campeones aunque la incógnita era saber cuándo. El alemán, quien acaba de lograr su cuarto título de Fórmula 1 de manera consecutiva está ya en el orbe en la que cualquier calificativo sobra. Vettel, con 26 años, igualó la marca del argy Juan Manuel Fangio y de su compatriota, Michael Schumacher, consideradas las leyendas más influyentes de esta actividad a motor. (Lea: Sebastian Vettel ganó su cuarto título de la Fórmula 1).
Con un título más, por cierto, por anticipado, pues aún restan tres válidas más para que finalice la temporada del 2013 (Emiratos Árabes, EE. UU., y Brasil), el joven, al que bien han llamado Baby Schumi, por su parecido deportivo con el legendario piloto de Ferrari, hace parte de una familia no muy acomodada conformada por sus padres Norbert y Heike y sus hermanos Melanie, Stephanie y Fabián.
Precisamente el gusto por el automovilismo lo tomó de su padre, quien y aunque era muy aficionado a este deporte y compitió de manera muy casual en algunas carreras. Su oficio como fabricante de muebles le disminuyó la posibilidad económicamente de dedicarse por completo a la pasión por los motores.
Sebastian, a quien sus padres casi llaman Ryan, empezó a conducir a los tres años, pues la afición de su papá con un amigo los llevó a adquirir un kart que no demoró en explorar y en hacerlo rodar el pequeño Vettel. Varias horas duraba conduciéndolo en las postrimerías de su casa ubicada en Heppenheim. Allí se turnaban con su hermana Sthepanie, quien cuatro años mayor que él, también gustaba de los vehículos. Pero fue el talento de Sebastián lo que se convirtió en la tabla de salvación a la hora de encontrar patrocinadores y ayudas económicas, aunque años más tarde pudo armar su kart comprando piezas de repuesto por la tienda digital eBay.
Aunque combinaba su actividad deportiva con la académica y con los hobbies típicos de un niño de su edad, debió perderse muchas veces la entrega de trofeos por estar en exámenes y presentaciones del colegio, una regla que nunca pudo negociar con sus padres. Y aunque se consideraba mal estudiante, terminó sus estudios con honores. Sus ídolos, casualmente, coincidían en que se llamaban Michael: Schumacher, Jordan y Jackson, a este último, quiso emularlo, pero al darse cuenta que su voz no era como la del ‘Rey del Pop’, abandonó la idea en su intento.
Él mismo mojaba las llantas de su pequeño carro para aprender a conducir bajo lluvia y ahí, como un hada madrina apareció Gerhard Noack, quien se convirtió en el responsable de que Vettel sea hoy quien es.
El joven alemán fue aprendiendo así el oficio y tras muchos éxitos en las categorías menores, primero en Alemania y luego en toda Europa, fue en EE. UU., en el 2006, donde debutó sustituyendo al lesionado polaco Robert Kubica. El éxito fue tal que de inmediato empezó a conducir el Toro Rosso de Scott Speed. El agradecimiento se vio un año después cuando Vettel ganó con lujos de detalles el GP de Italia, en Monza.
Vettel es un piloto impulsivo y por eso ha cometido errores. Ha sido multado por exceso de velocidad en su país, y en Suiza, donde reside actualmente. Entre sus registros, se le olvidó poner el limitador de velocidad en los entrenamientos del GP de Turquía (2006) y fue multado con 1.000 dólares. Sin embargo, como peatón es una persona tranquila y sonriente. Siempre lo acompaña su padre, quien es muy discreto y esquiva las grabadoras y las cámaras de televisión y fotográficas. No tiene manager, pues no confía al ciento por ciento en nadie. Sabe que uno de sus defectos es ser muy orgulloso. Es un tipo que bromea mucho y su película favorita es Monty Phyton: ‘La vida de Brian’. Su actor favorito también es un cómico: Jim Carrey
Eso sí, no hay nadie más supersticioso que Sebastián. Señaló que una vez prefirió cambiar de pista por haberse cruzado con un gato negro. Además, tiene una pieza de un cerdo dorado con un centavo, la cual lleva en todas sus carreras y la pasa por los cordones de sus zapatos antes de subirse al monoplaza. La compró su padre tras un accidente años atrás cuando competía en karts y a la siguiente carrera, logró el triunfo.
Cómo si eso fuera poco, cree que es suerte que desde que está en la F-1 bautice cada carro con el nombre de una mujer. En su primer año en la categoría, llamó a su STR3 como Julie. El RB5 del año siguiente fue apodado Kate y en el accidente de Australia, cuando cambiaron el chasís, lo nombró Kates Dirty Sister (Hermana sucia de Kate). El RB6 se llamó Luscious Liz (Seductora Liz) y su "sucesor" recibió el apodo de Randy Mandy (Mandy la cachonda). Para el 2011, el campeón del mundo bautizó al RB7 comoKinky Kylie (pervertida Kylie) y el RB8 se llamó Abbey; y el último, el RB9 la bautizó Hungry Heidi.
Pese a que vive en constante peligro por las velocidades que alcanzan los carros que conduce, el temor más grande para él son los ratones. Practica el esquí, el snowboard, el mountain-bike, la natación y el fitness. Sus dos pistas favoritas de F-11 son Spa y Mónaco y gusta del equipo de hockey sobre hielo de Zúrich y es declarado hincha del equipo alemán de fútbol, Eintracht Frankfurt.
Como a la gente del común, le encantan las gaseosas y por obvias razones, su bebida favorita es el Red Bull. Le encanta la pasta y en cuestión de música prefiere a los Beatles. Cuando tiene tiempo en su casa o en algún hotel se entretiene con un show en la BBC, llamado Little England (Pequeña Inglaterra)
Vettel se considera un buen amigo del finlandés Kimi Raikkonen, después de aceptar un viaje en su jet privado y de haber jugado un partido de bádminton junto al nuevo piloto de Ferrari. En cuanto a sus ídolos, señala que siente admiración por el tenista suizo Roger Federer y por su compatriota Michael Schumacher, del que destaca que fue el mejor y que supo retirarse en el momento adecuado. Es un ejemplo a seguir para él, y además el propio Schumacher varias veces ha hablado maravillas de Vettel. No sería raro verle recorrer su camino.
Ese es Sebastián Vettel, el nuevo tetracampeón de la Fórmula 1.
ESTEBAN ALONSO NOGUERA PULIDO
Redactor Deportes
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