El 5 de octubre pasado, un joven filósofo viajó a Ciudad de México con el sueño de conocer la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, pero su paseo se convirtió en una pesadilla en la que él y su familia fueron extorsionados. Les exigían 60.000 dólares.
El Gaula de la Policía alertó por esta nueva modalidad de la que están siendo víctimas colombianos que viajan a la capital azteca, a Cancún y a Acapulco, donde a través de trabajadores de reconocidos hoteles presionan a los turistas a pagar millonarias sumas de dinero en medio de un engaño en el que le hacen creer a la familia que la víctima está secuestra por carteles de la droga.
En los últimos dos meses, el Gaula ha conocido de cuatro casos en los que la historia es la misma. El joven filósofo contó que a las 11:30 de la noche del 7 de octubre recibió una llamada a la habitación, en un hotel del céntrico paseo de la Reforma.
La persona que hablaba al otro lado de la línea dijo ser parte de la Policía Federal. “Me dijo que estaban realizando una operación en el hotel contra un narcotraficante del cartel de Sinaloa y que por ser extranjero estaría bajo un esquema de protección”, contó el joven, quien prefirió mantener su identidad en reserva.
Entre los protocolos estaban no hablar con empleados de la recepción, comprar un celular y una sim card y cambiarse de hospedaje para proteger su vida, pues supuestamente iban detrás de un poderoso narcotraficante. Convencido de que hablaba con la Policía, aceptó entregar 580 pesos mexicanos (unos 85.000 pesos) a un conserje que dijo ser emisario. La plata fue para comprar el celular.
"Solo tuve contacto con estas personas tres veces. Cuando me pidieron dinero para el celular, luego me dijeron debía completar para la compra y cuando me lo entregaron a las 15:05 de la madrugada. Después el contacto solo fue telefónico", dijo el joven.
En medio de las conversaciones con los victimarios, el filósofo había entregado información clave de su familia en Bogotá. Mientras él salió a buscar un nuevo hotel, la red llamaba a Bogotá a la madre del joven.
"A las 12:15 de la madrugada (del 8 de octubre) recibí una llamada en la que me decían que eran del cartel de los Zetas y que tenía a mi hijo secuestrado y que debía pagar 50.000 dólares", contó la madre del filósofo.
Recuerda que lo primero que se le vino a la mente fueron las noticias de las matanzas de personas en México. Sumida en los nervios por la suerte de su hijo, solo atinó a decir que en Colombia era de madrugada y que debían esperar a que amaneciera.
Pero los extorsionistas llamaban cada 10 minutos a presionar el pago. "En la tercera llamada logré comunicarme con el Gaula de la Policía y me asesoraron en lo que debía decir, que no ofreciera dinero y que negociara la cifra. A eso de las 5:30 de la mañana la negociación iba en 10.000 dólares", contó la mujer.
En México, el joven filósofo seguía creyendo que estaba bajo la protección de las autoridades, pero a las 10 de la mañana del 8 de octubre recibió la instrucción de ir a un banco y retirar 10.000 dólares para mantenerse en los protocolos, de lo contrario "comandos negros" irían a recogerlo,
Fue así como a eso de las 1:30 de la tarde abordó un taxi en la calle, y cuando vio la Embajada de Colombia en la ciudad abandonó el carro y buscó ayuda. La Embajada lo puso en contacto con la Procuraduría General, que hace las veces de Fiscalía, y denunció lo ocurrido.
Solo se enteró de que su familia había sido extorsionada a las 2:30 de la tarde, cuando llamó a su casa y se enteró que su mamá estaba en el Gaula. Por fortuna, dice, ni su familia ni él pagaron las exigencias de la red, que está siendo buscada por la Interpol y la Policía Federal de México.
El general Humberto Guatibonza, director del Gaula, señaló que investigan una red en Colombia que utiliza la misma modalidad para extorisonar a turistas en la Costa.
REDACCIÓN JUSTICIA
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