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Análisis de los equipos colombianos en la Copa

NotaPublicado: Sab, 22 Mar 2014, 05:54
por noazal

EL TIEMPO analiza la situación de cada uno de los equipos colombianos que participan en la Copa Libertadores.


Nacional, a un paso de la clasificación


El 2-2 en Medellín contra Nacional de Uruguay, hizo trastabillar al Atlético Nacional, pero su victoria, 0-1, contra el mismo rival de visitante, dio un nuevo impulso a los colombianos apoyados en el empate 1-1 entre Newells Old Boys y Gremio.


En los cuatro partidos de la Copa Libertadores el onceno colombiano ha mostrado un buen juego, gracias a la buena labor de sus volantes. En la contención de Álex Mejía y en la creación Sherman Cárdenas y Edwin Cardona, este último llevando también el peso goleador (ha hecho las anotaciones en las victorias contra Nacional y Newells), además de un buen acompañamiento en la zona izquierda de Juan David Valencia en los minutos que ha jugado alternado con Farid Díaz.


En la defensa se han consolidado los centrales Óscar Murillo y Diego Peralta, al igual que Stefan Medina con un buen partido en Montevideo, en esa ocasión de volante de marca e inclusive con el pase para el gol.


Sin embargo, tiene dos falencias que requieren solución oportuna. La primera, la falta de gol de sus delanteros, (los cuatro goles han sido de un volante, Cardona y un defensa, Daniel Bocanegra; dos cada uno).


Jéfferson Duque que con tres partidos y 156 minutos, es el 9 con más participación, solo ha disparado al arco en cuatro ocasiones, mientras que Juan Pablo Ángel, que lo sigue, con 76 minutos en dos juegos, tiene únicamente un remate directo.


Por eso contra Gremio, en el juego del 2 de abril, un volumen ofensivo será clave para anotarle al equipo con la valla menos vencida del torneo junto a Santos Laguna de México, un solo gol en contra en cuatro compromisos.


La segunda falla está en el sector derecho. Por ahí le llegan constante y fácilmente; de esa zona le han gestado tres de los cinco goles recibidos.


Bocanegra siempre ha sido titular por ese lugar, acompañado de Bernal en los tres primeros partidos, aunque en el tercero el volante fue expulsado antes del primer minuto de juego. Para la cuarta fecha Medina estuvo junto a Bocanegra y hubo más solidez.


Será primordial que para el juego en casa contra los brasileros, que ya ha demostrado su poder ofensivo (le hizo tres goles en Brasil) con jugadores como Hernán Barcos, Luan y Dudu, el técnico Juan Carlos Osorio solucione esos errores y más cuando una victoria podría darles la clasificación anticipada, si Newells no gana en Montevideo a Nacional, y tendrán la ventaja de que el juego será una semana antes. Si no sucede eso, igual la clasificación depende de ellos.


ANDRÉS FELIPE VIVEROS
REDACTOR EL TIEMPO


Santa Fe tambalea


Quizá lo último que quería Santa Fe para el próximo juego contra Atlético Mineiro, en Bogotá, era llegar con tanta incertidumbre, con tanta urgencia, con la calculadora en la mano. Aquel equipo que incorporó 15 jugadores, que repatrió a referentes como Seijas, Medina, Copete y Otálvaro, y que se planteó superar lo hecho en la Copa anterior (semifinalista), atraviesa un abismo en el que el más mínimo tropiezo lo puede lanzar al precipicio. Con tanta expectativa que generó. Con tanto favoritismo. Con tanta inversión.


Sin embargo, el grupo 4 ha sido tan benévolo con Santa Fe, que incluso a pesar de sacar un punto de los últimos nueve, sigue con vida. Aunque el panorama es adverso. No solo enfrentará en la próxima fecha a Atlético Mineiro –el campeón, el de Ronaldinho–, con mucha presión y obligación de ganar, sino que hacerlo ya no será suficiente para clasificar. Debe pensar también en ganar en Paraguay, en la última fecha, a Nacional. Solo así, con 10 puntos, más allá de las inevitables cuentas que cualquier optimista pueda hacer, podrá huir realmente del precipicio.


El problema es que su presente no es alentador. Su juego viene en descenso. La victoria en la Liga contra Equidad fue tan efímera como sus pasajes de buen fútbol. Muchos jugadores siguen de pelea con la pelota, con el fútbol; los delanteros no la meten (solo Copete, que lleva dos); sigue dependiendo de la pelota quieta, su arma más eficaz, y de los momentos de lucidez de Omar Pérez, que lleva cuatro goles.


Para colmo, Santa Fe se ha vuelto demasiado predecible. Falto de ideas. Hasta el habitual coraje se le extraña. Es un equipo plano, sin reacción. Lo que no es predecible es su nómina: cada partido de Copa varía mucho, por necesidad física o técnica o estratégica. Con la dificultad de que aún no parece encontrar el equipo y la disposición táctica ideal.


A pesar de todas esas dificultades, Santa Fe sigue vivo en la Copa. En condiciones normales es más que ese irreverente Zamora de Venezuela con el que empató 2-2 en Bogotá, y que el propio Nacional de Paraguay. Incluso, en Brasil, demostró que ganarle a Mineiro no es de epopeya, que sí es posible.

Le quedan dos partidos para reencontrar su nivel, su fútbol, para abandonar el abismo. Santa Fe no puede tambalear más.


PABLO ROMERO
REDACTOR DE EL TIEMPO


Depende de ellos


Deportivo Cali tiene que dejar atrás las disputas que lo tienen postrado en la liga local, los errores defensivos y la falta de concentración, que le costaron puntos y partidos claves, como los últimos diez minutos del partido con O’Higgins y los cinco primeros del encuentro de ayer con Lanús. No depende de nadie para clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores.

Cali demostró frente a Lanús, más en argy que en el Pascual Guerrero, que tiene cómo jugar bien, cómo complicar al rival. Una combinación de resultados puede dejarlo clasificado de una vez el próximo jueves.


¿Cómo? Si le gana como local a O’Higgins el miércoles y si al día siguiente Cerro Porteño vence como visitante a Lanús, que estaba prácticamente eliminado ayer a las 5:45 p. m. y que recuperó opciones con el 2-0 de anoche. Así, Cerro, con 10 puntos, y Cali, con 9, estarían listos en la siguiente fase y el duelo entre ellos, el 8 de abril en ‘la Olla’, en Asunción, sería para definir el primer lugar del grupo 3.

Pero si esa combinación no se da, Cali debe pensar solamente en sí mismo: en ganar los dos partidos que le quedan: a O’Higgins y a Cerro Porteño. A los paraguayos ya los venció como local. Y el equipo, pese a los errores, ha levantado.


JOSÉ ORLANDO ASCENSIO
SUBEDITOR DE DEPORTES



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