Ese viernes 7 de febrero de 1964 no era muy diferente de los demás días. A mis 14 años, acababa de iniciar un nuevo año escolar. Ya iba en tercero de bachillerato y había materias que me interesaban: ortografía, con el profesor José Prat; álgebra, con un profesor al que llamábamos ‘Neper’ –por el célebre matemático escocés–, historia de Colombia, con doña Aurora, y, por supuesto, gimnasia, con el profe Justo, y los ensayos para la presentación del curso ante todo el colegio. Montaríamos una emisora y una historia alrededor del tema.
Toda mi vida estaba acompañada por la música que oía en Radio 15, la emisora juvenil de la época. Escuchaba twist, a Bobby Vinton, The Angels, Dale and Grace, Leslie Gore, The Chiffons y artistas del rock and roll en español que venían de España, argy y México, además de artistas colombianos como The Speakers. ¡Cómo disfrutaba de esos sonidos que hacía diez años había descubierto!
Lo que no podía sospechar ese viernes, terminando la hora del almuerzo en la casa de Jaime, un compañero que vivía a un par de cuadras del colegio, es que en la lejana ciudad de Nueva York un tumulto de unos 10.000 jóvenes recibían con una gritería infernal a cuatro muchachos que apenas superaban los 20 años. La policía aeroportuaria tuvo que pedir refuerzos de la ciudad para mantener a raya a la multitud de adolescentes histéricos que desafiaron el frío invernal para recibir a The Beatles, que apenas un mes antes eran ilustres desconocidos.
En ese mundo de música banal que era EE. UU., había llegado al primer lugar en listas de popularidad el grupo inglés con una soberbia y atrevida canción que decía “quiero agarrar tu mano”, con unas excitantes, fuertes guitarras eléctricas y potentes voces que no sonaban nada parecido a la música melódica liderada por un piano o un saxofón, como exigían los cánones del buen gusto conservador de la época. ¡No! Ellos tenían el pelo largo (bueno, para la época), cantaban duro y con mensajes directos al corazón adolescente.
Pese a varios intentos durante el año anterior, las canciones de los Beatles no sonaban en radio. No tenían cabida. Eran consideradas música inapropiada para la juventud americana. Pese a sus tres números uno en Inglaterra, a los muchachos les frustraba que no lograban penetrar en el mercado estadounidense. Estaban firmados para presentarse en el popularísimo show televisivo de Ed Sullivan, pero no tenían éxitos.
Y sucedió uno de esos hechos fortuitos que cambian la historia. Se preparaba la emisión del 3 de enero de otro programa de variedades, el Show de Jack Parr, y faltaba llenar un segmento de un par de minutos. Algún miembro del equipo sugirió entonces incluir un video de un grupo inglés que había llegado unas semanas antes. “Son muy exitosos”, decía. En el afán del momento, lo incluyeron. Al verlo, el presentador, Jack Parr, se burló al aire de sus cabelleras y afirmó que los científicos americanos trabajaban en hallar una cura para eso.
Al día siguiente, los teléfonos de las emisoras a lo largo y ancho de Estados Unidos empezaron a sonar, pidiendo música de The Beatles. Contrariando órdenes superiores, empezaron tímidamente a pasar I Want To Hold Your Hand. Como fuego se regó la fiebre, y el invierno estival se calentó con el sonido revolucionario del grupo inglés. El 18 de enero arrancó en el número 45 del listado Hot 100.
El 31 de enero, The Beatles estaban en París, de concierto. Se acababan de bajar del escenario en el teatro Olimpia, ante un público escaso y no muy entusiasta. De regreso a su hotel, hallaron un telegrama. Firmado por su mánager, Brian Epstein, decía que los felicitaba: habían llegado al número 1 en Estados Unidos. La celebración fue... beatle: los muchachos bailaron, gritaron, mejor dicho, celebraron.
El 7 de febrero, al embarcarse en el moderno Boeing 707 de la aerolínea Panam, fueron despedidos en el aeropuerto de Londres por una gran multitud de muchachos. Otros pasajeros del avión eran periodistas que el mánager del grupo había invitado para cubrir la gira de 15 días por el este de los Estados Unidos.
El disc jockey Murray the K se gastó esas horas, entre la salida de Londres y la llegada a Nueva York, pasando las canciones de los Beatles, anunciando dónde iba el avión y calculando cuándo llegaba con su preciada carga. Los jóvenes siguieron la transmisión y luego fueron al aeropuerto.
Minutos después de tocar suelo estadounidense, los cuatro de Liverpool enfrentaron a una incrédula y casi ofensiva prensa local. La pregunta ‘¿se van a peluquear mientras están aquí?’ fue respondida con un rápido ‘lo hicimos ayer’, y la insinuación ‘hay dudas sobre si ustedes cantan’ fue contestada con un ‘solo si nos pagan primero’.
El 9 de febrero enloquecieron en el Show de Ed Sullivan y conocieron a Cassius Clay –que unos días después empezaría a llamarse Muhammad Ali–. Dos semanas más tarde regresaron a Londres como héroes. A las pocas semanas, este jovencito colombiano oía las primeras canciones de The Beatles y también caía subyugado por la ‘beatlemanía’, que 50 años después le permite escribir estas líneas.
Sus mejores temas
Para la revista ‘Rolling Stone’, el álbum ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ (1967) es el mejor de todos los tiempos y The Beatles merece el primer lugar en el listado de los artistas más importantes de la música moderna. Hace diez años, esta prestigiosa publicación especializada seleccionó las 100 mejores canciones del cuarteto de Liverpool. El texto de introducción lo escribió Elvis Costello. Estas son las siete primeras:
1. A Day In The Life (1967)
2. I Want To Hold Your Hand (1963)
3. Strawberry Fields Forever (1967)
4. Yesterday (1965)
5. In My Life (1965)
6. Something (1969)
7. Hey Jude (1968)
Seis curiosidades del desembarco inglés
‘I Want To Hold Your Hand’ se convirtió en el primer número uno en Estados Unidos de un artista británico desde ‘Telstar’, del grupo instrumental Tornados, que alcanzó el primer lugar el 22 de diciembre de 1962. En 1964, artistas del Reino Unido ocuparon la posición más alta durante 27 semanas.
La emisión del ‘Show de Ed Sullivan’ en la que The Beatles debutaron el 9 de febrero de 1964 fue vista por 73 millones de personas, una de las audiencias televisivas más grandes de la historia.
The Beatles recibieron 10.000 dólares por tres ‘shows’ de televisión.
Para las 700 butacas del auditorio donde se grabó el primer programa, la CBS recibió 50.000 solicitudes de ingreso, un hecho sin precedentes. Menos de la mitad fueron para el público; la mayoría fue para la prensa y los allegados al canal.
El guitarrista George Harrison no pudo asistir a los ensayos para el programa de televisión debido a una aguda amigdalitis.
En un hecho inédito y jamás repetido, el 4 de abril de 1964 The Beatles ocuparon los cinco primeros lugares de las ‘100 calientes’: 1. ‘Can’t Buy Me Love’, 2. ‘Twist And Shout’, 3. ‘She Loves You’, 4. ‘I Want To Hold Your Hand’ y 5. ‘Please Please Me’. En el listado había, además, otras siete canciones del cuarteto y dos canciones homenaje.
MANOLO BELLON
Para EL TIEMPO
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