Una mujer guineana que acusó al ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) Dominique Strauss-Kahn de intento de violación en una suite de un hotel de Manhattan rompió el silencio este domingo y dio sus primeras entrevistas públicas para limpiar su nombre, diciendo que quiere que el acusado vaya a la cárcel y que el nombre de ella se limpie. "Por su culpa me dicen prostituta", declaró la mujer a la revista Newsweek.
Strauss-Kahn, un político francés que llegó a ser un serio aspirante a convertirse en el próximo presidente de Francia, ha negado todos los cargos derivados del incidente el 14 de mayo en la lujosa suite del hotel Sofitel.
La mujer estaba trabajando como empleada de habitaciones en el hotel cuando, afirmó, fue atacada en una suite presidencial del piso 28.
"Quiero que vaya a la cárcel. Quiero que sepa que hay algunos lugares donde no se puede usar el poder, no se puede usar el dinero".
La mujer también aparecerá en el programa Good Morning America la mañana del lunes, exactamente una semana antes de que Strauss-Kahn vuelva a la corte en Nueva York para la siguiente audiencia sobre siete cargos de intento de violación y agresión sexual.
"Quiero justicia. Quiero que vaya a la cárcel", dijo al canal ABC tras varias semanas de estar incomunicada en custodia de protección, según pasajes difundidos por esa cadena de televisión estadounidense el domingo.
"Dios es mi testigo de que estoy diciendo la verdad. Desde el corazón. Dios lo sabe", dijo la mujer de 32 años.
Los fiscales han cuestionado abiertamente la credibilidad de la mujer luego de que ella se retractara de la versión de los acontecimientos que había brindado ante un gran jurado.
En su entrevista con ABC, admitió haber cometido "errores" pero insiste en que desde el principio su relato de lo que había sucedido en el hotel ha sido el mismo.
"Les digo lo que este hombre me ha hecho. Nunca cambió. Yo sé lo que este hombre me hace", declaró a Newsweek.
Pero la defensa ha solicitado desestimar todos los cargos contra Strauss-Kahn, y el domingo acusó a la mujer de tratar de "inflamar la opinión pública" con estas entrevistas, además de criticar a sus abogados.
"Este comportamiento de parte de los abogados no es profesional y viola las reglas fundamentales del comportamiento profesional de los abogados", afirmaron los defensores en un comunicado.
"El objetivo evidente de este comportamiento es inflamar la opinión pública contra un acusado en un caso penal en curso", añadieron.
Según declaró en su entrevista con Newsweek, al entrar a la suite ella había dicho en voz alta: "Hola, servicio de habitación", y luego apareció un hombre desnudo de cabello cano. "Oh, Dios mío", dijo ella. "Lo lamento mucho". Y giró para salir. "No tienes que disculparte", habría replicado el hombre, que a ella le pareció "un loco".
La empleada agregó que el hombre intentó agarrar sus senos y cerró de golpe la puerta de la suite. Tras esto la mujer dio un relato gráfico de lo que dice que sucedió en la habitación.
Pero los abogados de Strauss-Kahn acusaron a su equipo legal de haber "orquestado un número sin precedentes de eventos mediáticos y manifestaciones para presionar a los fiscales en este caso luego de que ella tuvo que admitir sus extraordinarios esfuerzos para inducirlos a error.
"Sus abogados saben que su reclamo de dinero sufre un golpe fatal cuando los cargos penales son desestimados, y deben serlo".
NUEVA YORK
AFP
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