El último gran jefe paramilitar que seguía en libertad, Martín Llanos, que llegó a poner gobernadores y alcaldes en Casanare y que fue uno de los hombres más poderosos y temidos en la historia reciente del país, intentó evitar su caída haciéndose pasar por un humilde conductor. (Lea también: Martín Llanos quería ser gobernador del Casanare usando su influencia como paramilitar)
A pocos metros de un centro comercial de la pequeña ciudad venezolana El Tigre, en el Estado de Anzoátegui, la Oficial Nacional Antidrogas (ONA) de Venezuela, en coordinación con la Policía colombiana, capturó la noche del sábado a Héctor Germán Buitrago Parada -el nombre verdadero del expara-. Estaba con su hermano Nelson Orlando, alias Caballo.
Su plena identificación duró casi dos días, pues la única imagen que tenían las autoridades era la foto de cuando el exjefe paramilitar y narcotraficante tenía 18 años.
Martín Llanos dijo que era el conductor de su hermano y, de acuerdo con fuentes consultadas por este diario, intentó mostrarse de tan bajo perfil que terminó despertando las sospechas de las autoridades de ambos países.
Desde ese momento, el general scar Naranjo, director de la Policía, estuvo en contacto con el general Néstor Reverol, director de la ONA. Más que Caballo, cuya identidad estaba confirmada, Naranjo estaba pendiente de saber quién era su supuesto conductor. (Escuche el reporte del presidente Santos sobre la captura de Martín Llanos.)
Inteligencia de la Policía tenía información de que Martín Llanos estaba en Venezuela con su hermano desde hacía cinco años, pero con salidas temporales hacia Colombia. Por eso, tras las capturas del sábado, se pidieron las huellas del acompañante de Caballo, y mientras tanto las autoridades venezolanas le realizaron varias entrevistas en las que Llanos terminó reconociendo su verdadera identidad. Incluso, lo hizo antes de que en Colombia se verificaran las huellas.
"Con la captura de Martín Llanos y su hermano se pone fin al paramilitarismo en fuga. Queda demostrado que no pueden huir eternamente", dijo el general scar Naranjo, director de la Policía.
Dar con Martín Llanos y Caballo fue un trabajo de más de un año, en el que la Policía logró infiltrar el esquema de seguridad de la familia de Héctor Buitrago, en Villavicencio. A finales del 2010, investigadores conocieron que la exesposa de Caballo, identificada como la Mona, viajaría a la ciudad de Acarigua, en el estado Portuguesa, en el vecino país.
Esa fue la zona donde inicialmente los Buitrago se refugiaron y que habían convertido en sede de operaciones de su red de narcotráfico, que movía rutas por Bolivia y África. Pero Caballo le cambió los planes a la Mona y le pidió llegar a la ciudad de El Tigre. Así la Policía conoció el nuevo centro de refugio.
Tras una ardua tarea de investigación con la ONA, las autoridades de los dos países les cerraron el cerco a Martín Llanos y a Caballo, quienes permanecen en Caracas.
El presidente Juan Manuel Santos aseguró que los dos Buitrago podrían ser deportados este jueves para que respondan por narcotráfico, por el reclutamiento de menores y los cientos de crímenes cometidos con las Autodefensas Campesinas del Casanare (Acc) en una guerra contra Miguel Arroyave, del antiguo Bloque Centauros.
Si bien Martín Llanos se había radicado en Venezuela, había trasladado su emporio narcotraficante a Bolivia. En junio del 2010 la Policía boliviana capturó en Santa Cruz a dos de sus primos: Héctor Fabio y Carlos Noel Buitrago Vega, alias Porre Macho. Su papá, también llamado Héctor Buitrago, fue capturado en el 2009 en Boyacá.
La Policía de ambos países los ubicaron al detectar una masiva migración, de casi 3 mil personas del Meta y Casanare, hacia Bolivia. Desde allí enviaban droga a África.
En el país lo esperan siete procesos y condenas por homicidio, concierto para delinquir, narcotráfico y secuestro. l fue el que ordenó la recordada masacre de una comisión judicial en San Carlos de Guaroa, en 1997, y quien reclutó a centenares de menores en las barriadas más pobres de Bogotá, muchos de los cuales terminaron muertos en la guerra entre paras que sacudió a los Llanos en la primera mitad de la década pasada.
Nunca se desmovilizó
Martín Llanos llegó a tener 1.500 hombres en armas y un grupo de aproximadamente 130 sicarios, muchos de ellos en Bogotá.
Con su poder corruptor e intimidatorio logró penetrar las instituciones en una amplia zona de los Llanos Orientales y Boyacá. Su grupo se llamó al comienzo los Buitragueños -por el apellido Buitrago de su padre, el fundador- y terminó como Autodefensas Campesinas del Casanare.
Ex-paras cercanos a Llanos revelaron que hasta sus dominios iban dirigentes políticos, militares, agentes de organismos de Inteligencia y ganaderos. Los contratistas le rogaban su ayuda para gestionar contratos en las alcaldías o en la Gobernación del Casanare.
Llanos figuraba en una circular roja de Interpol que advertía a los 187 países miembros el riesgo que representaba. Estados Unidos lo pide por narcotráfico.
En la guerra que perdió con el bloque Centauros, como lo reconocieron años después exjefes de este último grupo, jugó un papel clave el apoyo que tropas del Ejército le dieron al narco Miguel Arroyave.
Tras su derrota, Llanos se negó a desmovilizarse y prefirió huir del país. Primero estuvo en Ecuador y luego regresó fugazmente a Colombia. En Casanare y Meta se decía que estaba rearmando su banda.
Los otros capturados o muertos en Venezuela
Julián Conrado
Guillermo Enrique Torres, conocido como el Cantante de las Farc, fue detenido en el vecino país en mayo del 2011. Es reclamado en Colombia por homicidio, tortura, secuestro y desaparición forzada. Su envío está enredado.
Maximiliano Bonilla, Valenciano
El narco heredó la oficina de cobro de Envigado. Manejaba parte de los combos de Medellín y se disputaba el control de rutas con Sebastián. Fue capturado el 28 de noviembre pasado y luego entregado por Venezuela a Estados Unidos, que lo pedía en extradición.
Wílber Alirio Varela, Jabón
El capo del norte del Valle fue asesinado en Venezuela el 30 de enero de 2008. Las autoridades de ese país lo sepultaron, pues nadie reclamó el cadáver. Los Comba habrían sido los autores del crimen.
REDACCIN JUSTICIA Y UNIDAD INVESTIGATIVA
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