Aunque las Farc niegan que Iván Márquez pueda convertirse en un obstáculo para el proceso de paz con el Gobierno, la llegada del segundo hombre de esa guerrilla a la segunda fase de los diálogos, la negociación propiamente dicha, ha generado cierta inquietud entre personas cercanas al proceso. (Lea: se abre puerta de paz en Oslo).
No solo porque Luciano Marín, como se llama realmente, se opuso a los diálogos al comienzo, argumentando que la sangre de Alfonso Cano y del Mono Jojoy, abatidos por las Fuerzas Armadas, estaba fresca, sino porque es considerado por quienes lo conocen como uno de los más dogmáticos de esa guerrilla. (Lea: las Farc que llegan a la mesa no son las mismas del Caguán).
Márquez, que fue clave para las Farc dentro del bloque José María Córdoba, cuando este tuvo sus tiempos más difíciles frente a los paramilitares en Urabá y Córdoba, participó en otros diálogos de las Farc, como los de Caracas, pero se habría ido radicalizando con los años. (Lea: comprensión y generosidad para la paz / Análisis).
Dentro del equipo negociador del Gobierno, incluso, no descartan que llegue a la mesa con la intención de que se retome parte de la agenda del Caguán, que no fue considerada en la fase exploratoria de los diálogos, por larga y etérea. (Lea: razones para instalar la negociación en Oslo).
Pero Carlos Lozano, director del semanario Voz y uno de los conocedores de las Farc, cree que lo que se dice de Márquez es "pura especulación". "El que esté encabezando la delegación de las Farc es la mejor demostración de que está de acuerdo con el proceso de paz y con la agenda acordada. De lo contrario no estaría ahí", dice.(Lea: ¡Créanlo! / Análisis).
Vicenc Fisas, director de la Escuela de Paz de Barcelona coincide con esto. "La presencia de Márquez, de la línea dura de las Farc, asegura una discusión más realista. No creo que ponga palos en la rueda, pero sí hará exigencias para lograr transformaciones sustantivas". (Lea: los otros colombianos invitados a Noruega).
A Márquez, que llegó a ser representante a la Cámara por la Unión Patriótica (UP), partido político creado por las Farc durante los diálogos con el presidente Belisario Betancur, lo habría marcado muy negativamente el exterminio de los integrantes de este movimiento. (Lea: la paz que viene / Análisis).
Es el único de los negociadores de las Farc que tiene la doble condición de militar y político.
Aparte de Simón Trinidad, que está preso en Estados Unidos desde el 2004, Márquez era el único de los negociadores de la guerrilla que no estaba en Cuba. Era esperado el pasado viernes, y esto alcanzó a generar alguna incertidumbre.
Según fuentes militares colombianas, ha pasado los últimos tiempos de su vida en territorio venezolano. Debía encontrarse en La Habana con sus compañeros de mesa en las negociaciones, para partir hacia Oslo (Noruega), donde todo está listo para acoger el comienzo del proceso de paz.
Contrapeso para Cano
Iván Márquez fue considerado un contrapeso de Alfonso Cano cuando murió el jefe histórico de esa guerrilla, Manuel Marulanda Vélez. Si bien Cano contaba con la bendición de Tirofijo para una sucesión suya, por llegar del ambiente urbano de Bogotá, en las Farc muchos consideraban que Cano no tenía la fuerza militar que debía tener un jefe de esa guerrilla. Por otro lado, el Mono Jojoy tenía todo el poder militar, pero no el político. Márquez, en cambio, reunía las dos cosas.
MARISOL GÓMEZ GIRALDO
- La paz que viene / Análisis
- Razones para instalar la negociación en Oslo
- El país, con los ojos en la paz
- Escritores, analistas e investigadores respaldan diálogo con las Farc
- Las Farc que llegan a la mesa no son las mismas del Caguán
- Comprensión y generosidad para la paz / Análisis
- Créanlo! / Análisis
- Los otros colombianos invitados a Noruega
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