Tras la reciente veda de la venta y consumo de licor en siete localidades de Bogotá (Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Bosa, Rafael Uribe, Suba, Usme y Tunjuelito) se percibió una caída en las cifras de lesiones, pero se evidenció un aumento en los homicidios en comparación con el 2012.
El decreto 330 del 2013, que rigió desde el 24 de julio hasta el 24 de agosto, prohibió entre las 9 p. m. y las 10 a. m. la venta de trago en tiendas de estas zonas.
Así mismo, la medida cobijó a bares y discotecas después de la 1 a. m. Los datos indican que en este lapso hubo 40 asesinatos frente a 33 del año anterior. En cuanto a las lesiones personales, este año se contabilizaron 214 frente a 302.
Por otra parte, las estadísticas de la Policía muestran que en los primeros nueve meses del año se presentó una concentración de los homicidios entre las 6 p. m. y las 6 a .m. y que buena parte de los casos estuvieron asociados a los episodios de intolerancia desprendidos del consumo del licor. De los 927 asesinatos, el 69% se presentaron en este rango horario.
Es por eso que las restricciones en la venta del licor han sido, desde su concepción, motivo de controversia. Tanto el Distrito como la Policía defienden las iniciativas e, incluso, aún se adelantan evaluaciones sobre los efectos de la veda tradicional –decreto 345 del 2002–, que permite el funcionamiento de bares y discotecas hasta las 3 a. m., y del decreto 263, que prohíbe la venta y el consumo de bebidas embriagantes después de las 11 p. m. en tiendas, billares y supermercados, entre otros.
“No hay una evaluación seria que permita ver un efecto real de las restricciones. Lógicamente disminuyen las riñas y mejora la convivencia en ciertos sectores, pero es necesario conocer análisis profundos para saber si hay que modificar o no las actuales medidas”, dijo el exsubsecretario de Seguridad y Convivencia Hugo Acero.
Panorama en el exterior
En Lima (Perú), la restricción es idéntica, pues los bares deben cerrar a las 3 a. m. y el expendio de licor en tiendas y supermercados es permitido hasta las 11 p. m.
Al igual que en Bogotá, se presenta el fenómeno de los denominados ‘amanecederos’, que siguen vendiendo licor a puerta cerrada. Pese a ello, en Lima no existen estudios sobre los efectos de las medidas en la seguridad.
Otros lugares como Río de Janeiro (Brasil) no cuentan con una prohibición para la venta de licor en bares y restaurantes. Simplemente no es legal venderles alcohol a los menores de 18 años.
Igualmente, los bares y cafeterías situadas en zonas mixtas (comerciales y residenciales) deben cerrar de 1 a. m. a 5 a. m. Además, establecimientos como teatros y cinemas, ubicados en zonas residenciales, pueden abrir sus puertas hasta las 4 a. m. de domingos a jueves. Los viernes, sábados y vísperas de festivos no hay restricciones.
En el caso de Buenos Aires (argy) no hay un tope en el horario de funcionamiento de bares y discotecas. No obstante, no se pueden vender bebidas alcohólicas después de las 5 a. m. ni se dejan entrar clientes después de las 4 a. m.
REDACCIÓN BOGOTÁ
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