Lo mejor: Allá te espero, una telenovela con melodrama y realismo a la colombiana, una historia donde la ambigüedad y la sobrevivencia son las protagonistas, las mujeres asumen el peso de la historia y se reflexiona sobre un mal sobrevivir de nuestro tiempo: la migración. La realización, acotada a lo narrativo. Las actuaciones, matizadas y sin sobreactuación.
Lo bueno: Comando Élite, una serie sobre el valor de la fuerza de la Policía en la búsqueda de la verdad y la justicia en Colombia. Duro trabajo para convencer de que los buenos son las fuerzas del Estado: casi siempre los buenos son los ‘paras’, los narcos, los corruptos (ver narco-telenovelas). Actuaciones sin sobresaltos, realización narrativa, producto decente.
Lo valorable: El mexicano y Mamá también. Aquí se enfrentan éticamente dos de los problemas más alucinantes de este país: el narco y el embarazo adolescente.
En El Mexicano se busca presentar críticamente al mal llamado narco y a su perverso ídolo en una narconovela que no justifica nada del mal: lo expone en toda su perversión.
En Mamá también se asume en serio que en este país el embarazo adolescente es un problema y se le toma en toda su complejidad, sin mirar en morales de buena voluntad o caridad, sino como problema social. Ambas series están actuadas relajadamente, sin gritadera ni histrionismo barato.
Lo cumplidor. La prepago y Amo de casa. En la tendencia de la narcotelenovela, La prepago estuvo en buen tono; realización clipsera, sensacionalismo situacional, cumplidora de lo que ya sabemos: poca innovación o sorpresa en la historia.
Amo de casa repite la comedia de cuentachistes, estilo propio de la tele colombiana, y como se supone que es humor, abunda la sobreactucación, la gritería, el gracejo: una comedia cumplidora de lo mismo de siempre.
Lo problemático: Tres Caínes, una serie bien realizada y bien actuada para justificar a los Castaño y al mal paramilitar. No eran malos, les tocaba; no eran perversos, les tocaba defenderse; no mataban con saña, les tocaba hacer justicia en mano propia. Muy problemática esta defensa del paramilitarismo como ese mal necesario para Colombia. Reproblemático la falta de conciencia de país y la desmemoria de RCN.
Lo patético: El día de la suerte y Los graduados. Cuando se cree que el humor consiste en gritar, hacer chistes, burlarse de las identidades regionales y copiar a Sábados felices, surge lo peor de las comedias, una oda a lo chabacano-grotesco-patético: El día de la suerte.
Cuando se cree que el recuerdo de uno (clase media ascendente y vergonzante) es el de toda una generación; cuando se cree que recordar es burlarse de unas memorias sentimentales (la balada y el ‘chucuchucu’); cuando se busca la actuación de cliché y sin tono propio, surge Los graduados: una oda a la nadez.
Lo feo: Los eventos RCN. Indias catalinas y Reinado nacional: largoooooos, bobooooos, sin almaaaaa: aburridos y lamentables.
Lo ambiguo: Noticias RCN. Quiere la responsabilidad, pero se derrite por el sensacionalismo. No encuentra el tono propio. Y es que es muy difícil sin cambiar de rostros, periodistas y modos periodísticos.
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