Las directivas de la Universidad Distrital no solo suspendieron los pagos a los empresarios que se ganaron la construcción de la nueva sede de la institución en Bosa, sino que examinan ahora la terminación del contrato ante las graves denuncias de irregularidades en su adjudicación, ocurrida el 24 de diciembre del año pasado.
El rector (e.) de la Distrital, Roberto Vergara, notificó ayer jueves a los contratistas que no les desembolsará el anticipo de la obra, tasado en 13.700 millones de pesos. Además, les dio plazo hasta el martes para encontrar una salida por mutuo acuerdo ante la crisis.
“Me siento asaltado en mi buena fe”, manifestó Vergara, luego de que EL TIEMPO reveló que el director de la Unidad de Contratación de la Distrital que adjudicó esa licitación, el ingeniero Wilson Morales Alarcón, tuvo nexos comerciales con los contratistas que se quedaron con el negocio de 70.000 millones de pesos y nunca advirtió ese conflicto de intereses.
Morales trabajó, hacia noviembre del 2012, con el consorcio C&G, conformado por las firmas Conequipos y Galvis Fracassi (hoy Ingenieros GF SAS), en unas obras en Cartagena. Conequipos e Ingenieros GF SAS forman parte del consorcio que se ganó la obra de la Distrital, junto a la empresa Ziggurat Arquitectura, en un proceso que estuvo en manos del saliente rector Inocencio Bahamón.
Dicho exfuncionario será llamado a rendir explicaciones por esta contratación, que será demandada por la Red de Veedurías Ciudadanas ante el presunto favorecimiento al contratista ganador. Ayer jueves, el secretario de Educación del Distrito, Óscar Sánchez, celebró que la Distrital haya suspendido los pagos.
“Ponemos nuestros abogados a disposición de la Universidad”, agregó el funcionario.
Sánchez siempre le solicitó a la Distrital que adelantara el proceso a través de Fonade, con el fin de asegurar transparencia, pero las directivas hicieron caso omiso y el funcionario renunció al Consejo Superior del centro educativo.
Ayer, el alcalde Gustavo Petro reaccionó a las denuncias: “Queremos reconstituir la Universidad pero con los jóvenes. Tenemos el dinero, la voluntad política, pero que no nos pongan delegados (en el Consejo Superior) que quieren llevarse los dineros al bolsillo”.
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