Sus palabras son exactas como sus disparos. No elude ninguna pregunta. Por el contrario, las enfrenta y sus respuestas van directo, de frente, como cuando entra al área y manda el balón dentro del arco rival. Es Jackson Martínez, el goleador de Porto, de Portugal, colíder de la tabla de artilleros de la Liga de ese país (empatado con otro colombiano, Fredy Montero, 13 goles) y el primer candidato para reemplazar, si es necesario, al lesionado Falcao en el Mundial.
Desde Porto, recién llegado de su entrenamiento, Jackson rompió su silencio, mientras su hijo Josué, de 2 años, jugaba cerca: se oía su voz al otro lado del teléfono. “Josué no puede ver un balón porque se emociona. Le encanta el fútbol y cada que ve una camiseta azul de cualquier equipo dice que es Porto. ¡Ya es portista!”, dice el jugador de 27 años.
¿Cree que es el reemplazante ideal de Falcao?
Decir que soy el jugador ideal para reemplazar a Falcao sería una falta de respeto con mis otros compañeros que también están esperando esta oportunidad, como (Carlos) Bacca, como (Luis F.) Muriel, y que vienen trabajando bien en sus clubes. Un jugador al que muy poco le reconoce la gente el buen trabajo que hace en la Selección es ‘Teo’ (Teófilo Gutiérrez). Muchos se dejan llevar porque uno está en Europa y tiene más exposición que otros. No puedo salir a decir ahora: ‘Yo soy el jugador ideal’. Esa es una decisión que toma el cuerpo técnico. ¿Que si quiero tener esa oportunidad...? ¡Claro!, como sé que la quieren mis compañeros.
¿Cómo afectaría a la Selección la falta de Falcao?
Falcao es un jugador importantísimo. Sin duda, esperemos que no, sería una baja sensible. No estoy pensando en que voy a jugar, aunque no puedo negar que quiero jugar, pero en estos momentos me preocupa más que el ‘Tigre’ se recupere bien para que esté en el Mundial. Lo demás lo decide el cuerpo técnico.
¿Qué diferencias y similitudes tiene con Falcao?
Somos diferentes, pero tenemos la misma posición. A los dos nos gusta estar en el área, siempre buscar la posibilidad de marcar goles. En eso somos parecidos, pero nuestros juegos son totalmente diferentes. El ‘Tigre’ tiene mucho manejo cuando está de espalda al arco y trata siempre de ganar ventaja con giros. Mis movimientos son diferentes: de entrar y salir y de hacer diagonales.
¿Qué ha hablado con Falcao?
De su recuperación, de cómo se ha sentido. Por ahora, de la Selección no hablamos. Está muy animado y con muchas ganas de ir al Mundial. Todos esperamos que así sea.
En los últimos partidos que tuvo con la Selección, ¿sintió presión y por eso no anotó?
Me hubiera gustado tener más minutos en la Selección, no para demostrarle nada a nadie, sino para aportar; pero bueno, siempre he dicho que respeto las decisiones del cuerpo técnico y espero que llegue esa oportunidad. En los partidos contra Paraguay (último de la Eliminatoria) y Bélgica (amistoso) me sentí muy bien. Aunque no anoté tuve oportunidades, pero tomé malas decisiones. No me presiona tener la camiseta de la Selección. Por el contrario, me motiva lo que me pasó para revertir esa situación.
No sería la primera vez que reemplaza a Falcao. Ya lo hizo en el Porto. ¿Sintió presión?
No. La única forma de sentir presión hubiera sido si yo me hubiera fijado en los números de ‘Falca’. Obviamente no podía olvidar que venía a sustituir a uno de los mejores delanteros del mundo, ni que él había dejado una marca impresionante ganando Liga, Copa y la Liga Europa, siendo figura en esa final. Entonces, lo que yo pensaba era que tenía una oportunidad, no que iba a demostrar que podía superar esos registros, sino que tenía una oportunidad para escribir una historia en Porto. Es normal que cuando se va un delantero como él, se hagan comparaciones con el que llega. Respondí siempre que no venía a hacer lo que él hizo, sino a hacer bien mi trabajo, a ayudar al equipo.
¿A qué se debe su nivel superlativo en Portugal?
A la bendición de Dios, a que cada día sigo aprendiendo, a no creer que porque hice un gol o tuve una buena temporada soy el mejor. Simplemente, trabajo y estoy dispuesto a escuchar, aprender y a poner en práctica las enseñanzas.
¿Por qué les va bien a los colombianos en Portugal?
Tienen la credibilidad del fútbol portugués, de los entrenadores. Son un ejemplo los casos de Falcao, (Fredy) Guarín y James (Rodríguez), que nos abrieron las puertas.
¿Qué fue lo más duro de su llegada a Portugal?
El equipo me ayudó mucho, porque tiene muy buenos jugadores, pero hace un mejor trabajo de equipo y logra una buena unión de grupo. Desde que llegué sentí esa confianza de contar con compañeros que me ayudaban: James me ayudó muchísimo porque era mi traductor. Para cualquier cosa le decía: ‘Vení pa’cá, que no entiendo’ (risas). Lo más difícil fue jugar a otra velocidad, lo rápido del fútbol de acá; las canchas siempre están mojadas... Estaba acostumbrado a jugar con canchas altas y acá los pases son rápidos. Así no es en Colombia (campeón con Medellín en el 2009) y México (jugó en Jaguares del 2010 hasta mediados del 2012). Cuando llegué y recibí los primeros pases dije: ‘Bueno, ¿cómo es la vaina?’ (risas).
James fue fundamental, entonces, en su adaptación...
James conocía mis movimientos y era el que siempre me buscaba. De los 26 goles que hice en la Liga en la pasada temporada, unos ocho pases, mal contados, fueron de James, aparte de los que me hizo y no concreté. Constantemente me buscaba. Sabía que si hacía una diagonal me harían el pase.
¿No le daba pena que jugara para usted? (Risas).
¡Noo! Él jugaba mucho para mí, pero también, para el resto del equipo. Es un jugador colectivo que tiene claro cómo se mueven todos sus compañeros.
¿Se imaginó que le iba a ir así de bien?
Me ayudó no ponerme cifras de goles. Cuando uno dice ‘voy a hacer tantos goles’, se puede generar una frustración. Prefiero vivir día a día.
¿El funcionamiento de Porto está diseñado para Jackson?
El sistema es diferente al del entrenador anterior (Vítor Pereira). Ahora (con Paulo Fonseca) se juega con un volante ‘10’ y todo va enfocado a tener el control del partido y a generar opciones para mí, que soy el delantero, y para los volantes, y que puedan tener opciones de gol. El sistema no gira alrededor de Jackson, gira alrededor del equipo.
¿Cómo es un día de Jackson?
Lo primero es orar a Dios. Después, leo la Biblia y voy a desayunar. Llevo a mi niño al preescolar y sigo al entrenamiento. Luego, recojo al niño y almorzamos con mi esposa (Tatiana Caicedo) y hago una siesta. En la tarde, cuando no hay partidos, citas o entrevistas, juego con mi niño y si puedo me entretengo con videojuegos de fútbol: me gustan los clásicos, como Real (Madrid) vs. Barcelona, y me turno los equipos.
¿Y juega con Jackson?
¡Sí, claro! Creo que ‘al Jackson’ lo hicieron bien. Se parece y es bueno (risas).
Volvamos con su cotidianidad...
En la noche hablamos de cualquier tema relacionado con la Biblia y estudiamos la Palabra. Acostamos al niño temprano, vemos una película y nos dormimos. Vamos a la iglesia los domingos... Nos gusta salir a comer, pero ahora con la lluvia... ¡Este invierno solo da para quedarse en la casa! (risas).
‘Sería bonito estar en otro gran equipo’
Jackson Martínez completará en mayo su segunda temporada en Porto. Han existido versiones de posibles transferencias a equipos de otras ligas europeas, en teoría más poderosas que la portuguesa. Por ahora, ninguna se ha concretado.
“Esa oportunidad quizás se dé. Sería muy bonito, algún día, estar en otros grandes equipos como Porto, que es un gran equipo y en el que estoy muy contento”, dice.
Martínez y su empresario ya tienen ojeadas algunas posibilidades para su futuro: “Me gustan las ligas inglesa, española, italiana y alemana. Entre ellas no tengo una preferida”, agregó.
Los números de Jackson
Con la Selección
27 partidos jugados
7 goles
1.116 minutos jugados
Cada 159 minutos marca un gol
Con Porto
61 partidos jugados
51 goles anotados
4.055 minutos jugados
Cada 79 minutos marca un gol
ANDRÉS FELIPE VIVEROS
Redactor EL TIEMPO
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