Entre la vida y la muerte se debate un niño de 12 años que, por haber pisado el cemento fresco de un andén en un barrio marginado de Pasto, recibió el impacto de una bala disparada por un vecino.
El hecho, que ha causado conmoción y rechazo en la ciudadanía, fue catalogado por la regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar como un exagerado caso de intolerancia.
Doris Sarasty de Rosero, directora del Hospital Infantil Los Ángeles, hasta donde fue trasladado el menor en la mañana del pasado miércoles, anunció que el estado de salud del niño es estable y que permanece en la unidad de cuidados intensivos.
“El niño llegó a nuestro centro hospitalario con un trauma craneoencefálico que le produjo una bala de pistola. Estamos haciendo lo que esté a nuestro alcance para salvar su vida”, dijo la médica.
Vecinos del barrio La Minga, en el sur de Pasto, donde ocurrió el hecho, narraron que todo empezó cuando el menor pisó involuntariamente el andén donde se había regado una capa de cemento. Minutos después se generó una discusión entre varios adultos y uno de ellos sacó una pistola e hizo un disparo a la casa donde se encontraba el niño, con tan mala suerte que le impactó en su cabeza.
El agresor, conocido como ‘Oyoco’, fue capturado horas más tarde en el mismo sector por la Policía. Su hermano paga una condena de 30 años en la cárcel judicial de Pasto, por el asesinato de una niña de 15 años, dijeron las autoridades.
Flor Adriana Guerrero, funcionaria de Bienestar Familiar y quien atendió el caso, lamentó que este nuevo hecho de intolerancia se haya presentado. “Estamos hablando de un ataque cruel e inhumano contra un niño que estaba jugando”, agregó.
La funcionaria declaró luego que “parece ser que al propietario de la vivienda no le gustó nada que le hayan dañado el trabajo en el andén de su vivienda”.
Guerrero también confirmó que el arma con la cual se hizo el disparo fue encontrada.
REDACCIÓN PASTO
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