El comerciante Luis García, de 30 años, se convirtió el pasado 30 de junio en una de las 49 personas asesinadas este año por atraco callejero en Bogotá.
A pocos metros de su casa, en la localidad de Usme, recibió un disparo por evitar que cinco hombres le robaran 6 millones de pesos.
Tragedias como esta reflejan la pesadilla sin fin que significa este delito en la ciudad, principal responsable, además, de las elevadas cifras de victimización y percepción de inseguridad, y una evidente impotencia de las autoridades para combatirlo. El robo de celulares sigue siendo primero en el atraco callejero. Ya sea en el transporte público o en un puente peatonal, los delincuentes están al acecho.
Con base en las cifras de la Policía y en encuestas como la de Bogotá, cómo vamos, según la cual el atraco afectó al 77 por ciento de las víctimas de un delito, y la de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), en la que, entre las víctimas de hurto, el 64 por ciento fue objeto de atraco callejero, EL TIEMPO consultó la opinión de expertos y de las propias autoridades para saber por qué es tan difícil combatir el hurto en las calles. La Policía dijo que entre enero y julio se denunciaron 9.546 atracos y la Alcaldía señaló que el objeto más preciado por los ladrones es el celular (90 por ciento).
1. Espacio público
"La invasión del espacio público hace que los ladrones puedan esconderse más fácilmente", dice Hugo Acero, experto en seguridad, mientras Alicia E. Silva, ex secretaria de Gobierno, reconoce, en su libro Bogotá, la construcción al deterioro, que la recuperación de tales espacios hecha por Peñalosa y la distribución de alimentos de Lucho Garzón ayudaron a reducir los atracos, pero los programas fueron usados para la reproducción política de los concejales del Polo y mantenerse así en la Alcaldía.
2. Judicialización ineficiente
El sistema judicial del país permite que el ladrón de la calle capturado regrese a la libertad, porque no hay herramientas jurídicas para poder enviarlo a la cárcel, a menos que esté implicado en un homicidio, según Jorge Restrepo, jefe del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac).
3. Iluminación y obras
La falta de una buena iluminación en ciertos sectores de la ciudad y una parte de los cerca de 200 frentes de obra son escenarios propicios para el hurto callejero, según la Policía. De acuerdo con el estudio de Bogotá, cómo vamos, el 15 por ciento de los bogotanos se sienten insatisfechos con el alumbrado público, lo que se convierte en caldo de cultivo para la presencia de indigentes y atracadores.
4. Falta más pie de fuerza
Hoy, la Policía cuenta con 18.700 hombres, aunque Hugo Acero estima que se necesitan al menos 3.000 más en los próximos dos años para fortalecer el Plan Cuadrantes. "La falta de policías dificulta el cubrimiento eficiente de las zonas críticas de la ciudad", dice.
5. Fácil acceso a las armas
Entre el 2009 y el 2010 se movieron más de 9.500 millones de pesos en el mercado negro de las armas de fuego. Ciudad Bolívar, Kennedy, Suba, Bosa, Usaquén y Los Mártires son las localidades en las que se concentran la venta -entre 165.000 y 37 millones de pesos- y el alquiler de armas -entre 100 mil y 1500.000 pesos-, que, junto con las armas blancas, son usadas para el atraco.
REDACCIN BOGOTÁ
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